Tengo miedo de haberme enamorado
del amor y no de ti.
De haber sido otra vez esclavo
de ese latir desbocado del cuerpo
buscando la primera sonrisa,
los primeros ojos,
las primeras piernas
por los que volver a poner
cara de imbécil y dejar
de dormir por las noches.
Te quise como nadie nunca lo hará.
Eso lo sabes y lo sabrás siempre.
Pero me aguarda nerviosa
una duda honda y pesada
cuando ahora, que vuelvo a amar,
la misma cara de imbécil
y tus labios y los de ella,
se confunden y se estorban
en ese enorme recuerdo de todos
los amores que no he ganado
y de tantos que me quedan por perder.
Alejandro R. Zemeckis