8 d'abril de 2010
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Recull de notícies d’ahir i despús-ahir sobre el merder del Cabanyal i hui segueix la cosa…

LEVANTE 7-04-10

 

JOSÉ PARRILLA VALENCIA El conflicto del Cabanyal se convirtió ayer en guerra abierta. La
decisión del Ayuntamiento de retomar los derribos se encontró con una fuerte
resistencia del barrio y de los partidos de la oposición, cuyos líderes, al
igual que decenas de vecinos, terminaron arrastrados por la Policía Local.
Despejado el camino, las palas hicieron su trabajo y cinco inmuebles quedaron
convertidos en solares, pero el problema permanece. A la espera de que el
Tribunal Constitucional tome una decisión,los enfrentamientos políticos se
agudizan y el deterioro del barrio se acentúa.
La orden del Ayuntamiento de Valencia de derribar cinco viviendas situadas en
el casco protegido del Cabanyal, aunque fuera de la zona declarada Bien de
Interés Cultural (BIC), se dio coincidiendo con la entrada en vigor (ayer se
publicó en el DOGV) de la Ley de Medidas de Protección y Rehabilitación del
Conjunto Histórico de la Ciudad de Valencia, con la que el Consell ampara la
prolongación de Blasco Ibáñez.
A las ocho de la mañana las máquinas de Secopsa, la contrata municipal, ya
estaban ante el número 26 de la calle Luis Despuig y el 29 de San Pedro,
colindantes uno con otro. Nadie había avisado de nada, sin embargo las vallas
de la Policía Municipal prohibiendo el aparcamiento habían alertado a los
vecinos, que a través de SMS se convocaron en la zona.
Treinta de ellos se colocaron ante el inmueble para evitar la acción de la
excavadora, aunque el fuerte dispositivo antidisturbios de la Policía Nacional
los retiró a la fuerza y se procedió al derribo.
La misma acción se repitió dos horas después en el número 15 de la calle Vidal
de Cañelles, pero esta vez con el despliegue de muchos más vecinos y de los
políticos de la oposición, entre los que estaba casi todo el Grupo Municipal
Socialista, así como las diputadas de Compromís y Esquerra Unida Mónica Oltra y
Marga Sanz.
Paralelamente, la plataforma Salvem el Cabanyal pedía al juzgado medidas
cautelarísimas para detener los derribos y la Delegación del Gobierno anunciaba
una iniciativa similar, provocando así el desconcierto de los presentes, que no
entendían que el Gobierno ordenara cargar contra los vecinos dos horas antes y
ahora intentara detener las máquinas.
Ambos recursos consiguieron, al menos, que el segundo derribo se aplazara a la
espera de una decisión judicial. Fueron, de todas formas, horas muy intensas.
El momento de mayor crispación se produjo cuando se presentó ante los vecinos
el concejal Alfonso Grau, que entre gritos de “fascista” y
“corrupto” discutió con el portavoz de Salvem El Cabanyal, Faustino
Villora, sobre la legalidad de su acción. Grau se enfrentó, así mismo, al
concejal socialista Vicente González-Móstoles, al que acusó de mentir a los
vecinos y haber apoyado esos derribos en un pleno. Móstoles respondió mostrando
el acta donde se confirma que el PSPV propuso paralizar los derribos en todo el
barrio y, “como mal menor”, votó la contraoferta del PP de detener
los derribos sólo en el BIC.
También se extendía la idea de que todo lo ocurrido ayer había sido programado
por el consistorio para tapar el “caso Gürtell”. “Con esta
actitud de terrorismo el PP quiere tapar las vergüenzas que hoy se hacen
públicas”, dijo Mónica Oltra.

El juez da vía libre
Al final, el Juzgado de lo contencioso-administrativo número 9 desestimó la
petición de Salvem el Cabanyal -“no está acreditada la urgencia”,
dice- y permitió seguir adelante con los derribos. Fue entonces cuando la
Policía Local asumió el protagonismo de la intervención -la Policía Nacional se
quedó en segundo plano- y advirtió a los políticos y a sus guardaespaldas que
abandonaran la zona. Ellos se negaron al grito de “esto es ilegal” y
en una acción sin precedentes fueron arrastrados violentamente fuera del cordon
policial. Primero fue el secretario local del PSPV, Salvador Broseta, y le
siguieron González-Móstoles, Marga Sanz y Mónica Oltra, que han anunciado,
ambas, la presentación de una denuncia por agresión. Y tras ellos, decenas de
vecinos que se resistieron como pudieron antes de ser reducidos.
Siete policías, uno de ellos con rotura de escroto, resultaron heridos,
mientras que del lado contrario fueron arrestados dos jóvenes que se subieron
al tejado y tuvieron que ser bajados con ayuda de una cesta de los bomberos
entre aplausos de los presentes y leves cargas policiales
Eliminado el obstáculo, la pala tiró el edificio y los vecinos se fueron
dispersando. Por la tarde, las máquinas tiraron los otros dos inmuebles de San
Pedro y Luis Despuig ya casi sin presión.

http://www.levante-emv.com/valencia/2010/04/07/nuevos-derribos-desatan-guerra-cabanyal/694108.html

El
terror en el Cabanyal

 

Mª Blanca Blanquer

Los que peinan canas
regresaban a su juventud en pleno tardofranquiso cuando la demanda de sus
derechos y legítimos intereses sólo merecía como respuesta la represión de las
fuerzas. Porque ayer se ha repitió en el Cabanyal: un grupo de vecinos
afectados por Pepri, amparados por la Orden del Ministerio de Cultura de 29 de
diciembre pasado, se habían colocado delante de la casa que el Ayuntamiento,
contra todo derecho, se había propuesto derribar. No hacían nada, salvo estar
allí, cuando la Policía Nacional hizo acto de presencia. La noticia provocó que
concejales y diputados de varias formaciones acudieran al lugar de los hechos y
fueran víctimas de la primera carga policial que repartió golpes y empujones a
diestro y siniestro, derribando a personas de todo sexo y edad, entre ellas la
diputada de IU Mónica Oltra, el concejal socialista Vicente González Móstoles,
la presidenta de la asociación Salvem el Cabanyal, entre otros, arrastrados por
el suelo y sacados por otros para evitar que el tumulto los pisoteara.
Inmediatamente se cortaron los accesos a la calle en que se producía el suceso
impidiendo la entrada de vecinos y de quienes, por ejercicio profesional,
habían sido reclamados para hacer acto de presencia.
Entendemos la actitud de doña Rita Barberá, la que debería ser alcaldesa de
todos los valencianos; deberíamos, aunque no, estar acostumbrados, porque
atropella con su probada violencia a quienes se oponen a sus decisiones,
caprichos y empeños; porque ella es sólo alcaldesa de quienes le votan, de los
especuladores que, cual tiburones, aguardan impacientes a hacerse con la presa
barata de los nuevos solares para venderlos a peso de oro; y de quienes llevan
dentro a ese pequeño especulador, frecuente en la condición humana, que emerge
cuando de la destrucción de viviendas ajenas deriva el sobreprecio de las
propias.
Pero no podemos comprender que el delegado del Gobierno, a quien se supone
compete hacer cumplir el mandato de todo un ministerio al que debe representar,
para que el Pepri no se ejecute; el que forma parte de un partido político cuyo
criterio es mantener el barrio; el jefe superior de la Policía Nacional envíe
sus huestes y, en el colmo de la incongruencia, permita que utilice la fuerza
bruta contra los ciudadanos. Todo ello sin perjuicio de la propia
contradicción, porque mientras auxilia a los que atacan a los pacíficos
ciudadanos que solo tienen como arma la propia voz, frente los cascos, escudos
y porras, solicita del juzgado una medida provisionalísima de paralización del
derribo que, según me dicen, ha sido desestimada por la jueza; la misma que
debe aplicar el Derecho vigente y por la vía de hecho impedía las bodas de los
homosexuales. Me lo dicen; no lo sé. Pero todo es posible.
El Cabanyal, le pese a quien le pese, es un pueblo concreto, con su propia
idiosincrasia, un extremo de la capital que a su largo abraza el Mediterráneo.
Hace un siglo se anexionó a Valencia por una decisión administrativa. De ella
ha recibido el olvido, el menosprecio, hechos voluntarios y tenaces a su
degradación para poder destruirla más fácilmente. Seguramente, la decisión fue
equivocada porque las líneas delimitativas de una jurisdicción no rompen el
espíritu de los pueblos que en el Cabanyal permanece vivo. Es posible que
hubiera que revisarla; tal vez el Cabanyal deba volver a ser lo que era,
segregarse de los cuervos que pretenden convertirla en despojos para saciar sus
estómagos carroñeros.

http://www.levante-emv.com/opinion/2010/04/07/terror-cabanyal/694005.html

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EL PAÍS 7-04-10

 

Barberá
reta a Cultura con más derribos

 

La
policía desaloja a vecinos y políticos que intentaron evitar las demoliciones
en El Cabanyal

 

C.
VÁZQUEZ / P. FERRI
– Valencia

El Ayuntamiento de Valencia
eligió el día en que se levantaba el secreto del sumario del caso Gürtel,
en el que están envueltos dirigentes del PP valenciano, para ejecutar el
derribo de cinco inmuebles en el barrio de El Cabanyal, protegido desde enero
por una orden ministerial de Cultura. El balance fue dramático para los
vecinos; cinco edificios reducidos a escombros, dos detenidos por resistencia a
la autoridad, varios políticos sacados a rastras del lugar del conflicto y una
contundente actuación policial.

Una vecina había dado la voz de
alarma unas horas antes. En torno a las ocho de la mañana logró juntarse un
reducido grupo de residentes contrarios a los planes municipales para defender
las casas. “La fuerza de la razón nos acompaña”, gritó Faustino
Villora, dirigente de Salvem El Cabanyal, insuflando ánimos a los vecinos que
se acercaron. Se abrazaron a las casas para impedir la entrada de las palas
excavadoras, pero al final no pudieron hacer frente a las decenas de policías
-locales y nacionales- que acordonaron la zona. La tensión podía cortarse.

Políticos de la oposición al PP,
que se desplazaron hasta el lugar para apoyar a los vecinos, fueron sacados por
la Policía Local en volandas e incluso a rastras tras la petición de la policía
de que desalojasen el lugar. En esa situación se vieron los socialistas
Salvador Broseta y Vicente González Móstoles o las diputadas autonómicas de
Compromís y de Esquerra Unida Mònica Oltra y Marga Sanz, respectivamente. Sanz
presentó una denuncia por las lesiones sufridas durante el desalojo.

La Policía Nacional acabó
cargando. Cuando todo acabó, Salvem criticó la actuación de la Delegación del
Gobierno, sobre todo por el papel que desempeñó la Policía Nacional. “La
delegación no ha defendido la orden ministerial de Cultura como debía”,
dijeron.”Intentan tapar con estos derribos las vergüenzas del PP”,
dijo Oltra en alusión al levantamiento del secreto de sumario del caso
Gürtel
. Los socialistas insistieron en la misma idea: “Es mucha
casualidad que los derribos se hayan hecho hoy [por ayer], en que se hace
público el sumario. Es como mínimo sospechoso”, agregó la portavoz
socialista en Valencia, Carmen Alborch.

Poco antes se presentó de
improviso en El Cabanyal el primer teniente de alcalde de Valencia, Alfonso
Grau, que mantuvo un careo con dirigentes de Salvem y con el edil socialista
González Móstoles. Grau aseguró que los socialistas secundaron en un pleno que
no habría derribos en la zona de El Cabanyal catalogada BIC (Bien de Interés
Cultural) y las actuaciones de ayer estaban fuera de esa zona. Móstoles replicó
que mentía.

De nada sirvió que la plataforma
Salvem y la Abogacía del Estado intentaran detener los derribos en los juzgados
ayer mismo. La titular de uno de ellos, el número 9 de lo Contencioso, Laura
Alabau, fue sancionada en 2007 por negarse a oficiar matrimonios entre
homosexuales. Los dos juzgados entendieron que no había urgencia y no se
pronunciarán hasta dentro de unos días, culminados los cinco derribos de ayer y
permitiendo, entre tanto, cualquier otra actuación.

Los últimos resistentes fueron
dos jóvenes que, encaramados al tejado del edificio situado en el número 15 de
la calle de Vidal Canelles, retrasaron una hora la acción de las máquinas mientras
el resto de vecinos corearon todos a una Salvem El Cabanyal”
para conjurar su impotencia. Acabaron los dos detenidos y en medio del follón,
la policía acabó cargando contra los vecinos.

El Ayuntamiento insistió en que
los derribos están amparados por una ley autonómica que ayer entró en vigor y
que deja sin efecto la orden de Cultura. Estos edificios tienen licencias de
derribo anteriores a la entrada en vigor de la orden ministerial que tras ser
recurridas, fueron validadas por los juzgados.

La ministra de Cultura, Ángeles
González-Sinde, dijo que pedirá a los juzgados que tomen “medidas
cautelares” para evitar la demolición de estos bienes que son
“patrimonio histórico”.

Demolición en cadena

“No nos sentimos
derrotados por el derribo de tres o cinco casas, de las 1.651 que tenemos
amenazadas, porque estamos luchando por la vida de las personas y por la
integridad de todo un barrio”, fue la declaración que la plataforma Salvem
El Cabanyal sacó poco antes de la asamblea que celebró por la noche. Los cinco
inmuebles que fueron demolidos ayer los había ido comprando la sociedad
municipal Cabanyal 2010 con vistas a tumbarlos, ya que por ahí, según aparece
en el plan municipal aprobado por el PP para este barrio, pasa la prolongación
de la avenida de Blasco Ibáñez hasta el paseo marítimo.

Con los nervios a flor de
piel por lo sucedido, la presidenta de la plataforma, Maribel Doménech,
calificó la actuación municipal -que llevó a cabo la empresa Secopsa- de
“actuación masiva”. Conscientes de que no podían parar todos los
derribos previstos, la plataforma se concentró en la defensa del edificio
situado en el número 15 de Vidal de Canelles.

Los vecinos expresaron su
rabia por los derribos -también contra la Delegación del Gobierno en Valencia
por la actuación de la Policía Nacional- como pudieron. Con caceroladas,
gritos, cantos e incluso manos en alto. Las vecinas de mayor edad afectadas por
el plan municipal explicaban a lágrima viva cómo habían perdido a la mayoría de
sus vecinos y se encontraban solas. “Por mi casa hay proyectada una
rotonda del Bulevar de San Pedro”, explicó Cirila, vecina de 77 años.

“Los ricos siempre
ganan”, gritaba un joven contrario a los derribos. “Siempre lo mismo,
a tirar las casas de los pobres”. Un comerciante del barrio vaticinaba que
con El Cabanyal pasaría lo mismo que con el Balneario de las Arenas, sustituido
por un hotel de lujo: “Esto acabará siendo un barrio de señoritos, donde
los vecinos acabarán aplaudiendo a los Mercedes que pasen por el barrio”.

Pasadas las 14.00, la tensión
acumulada entre vecinos y agentes de policía se desbordó. Dos jóvenes,
abrazados, se negaban a bajar del tejado de Vidal de Canelles 15. La policía,
ayudada de un camión de bomberos, intentó convencer a la pareja de que bajase.
Al rato decidieron arrastrarlos a la escalera del camión y los vecinos, en la
calle, tras el doble cordón policial de locales y nacionales, intentaron
traspasarlo. Uno empujó a otro, las porras volaron y la policía nacional, que
sustituyó a la local en el frente, acabó con la reyerta en cuestión de minutos.
Sin contemplaciones.

Por la tarde no hubo
enfrentamientos. La excavadora acabó con las casas del Bulevar de San Pedro,
105 y la calle de Luis Despuig, 98 y algo después llegaron Alborch, Broseta y
González Móstoles. Mientras Alborch hablaba a los medios, un par de vecinos se
mostraron a favor de los derribos. Demasiado solar, demasiada droga, decían.

 

http://www.elpais.com/articulo/Comunidad/Valenciana/Barbera/reta/Cultura/derribos/elpepuespval/20100407elpval_2/Tes

 

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LEVANTE 6-04-10

 

Conflicto
urbanístico

 

La
policía desaloja a los vecinos en los derribos del Cabanyal

 

Los
agentes sacan a rastras a vecinos y políticos, entre los que se encontraban
Mónica Oltra (Compromís), Marga Sanz (EU), Salvador Broseta y González Móstoles
(PSPV)

AGENCIAS El Ayuntamiento de Valencia ha derribado cinco inmuebles ubicados
en el barrio valenciano de El Cabanyal, entre las calles San Pedro y Vidal de
Cañelles, en una jornada de gran tensión entre vecinos, políticos y policías.
Caceroladas y frases como ‘Viva El Cabanyal’ o ‘Es ilegal la actuación
policial’ no dejaron de escucharse a lo largo del día.

Los derribos, –llevados a cabo hoy tras entrar en vigor la Ley de Medidas de
Protección y Rehabilitación del Conjunto Histórico de la ciudad de Valencia,
aprobada en las Corts el pasado 24 de marzo, que declara expresamente que el
Plan Especial de Protección y Reforma (PEPRI) del barrio no perjudica, daña o
deteriora la protección del conjunto histórico–, comenzaron sobre las 7.45
horas con un gran despliegue policial, cerca de 50 agentes de la Policía Local
y Nacional.

El primer inmueble en derribarse estaba ubicado en la calle San Pedro, número
29, y el segundo en la calle Luis Despuig, número 26. Ambos se encontraban en
el mismo edificio pero disponían de dos fachadas diferentes, cada una de ellas
con salida a una calle distinta.

Con estos primeros derribos se fueron agolpando en la zona decenas de vecinos y
miembros de la plataforma de Salvem el Cabanyal, quienes reclamaban que se
paralizase la actuación. En concreto, la portavoz de la entidad, Maribel
Domenech, la calificó de “abuso” y de “muestra de seguir
destruyendo el barrio, el conjunto histórico”.

Posteriormente, las grúas se desplazaron hasta la calle Vidal de Cañelles,
donde estaba previsto derruir el inmueble número 15. Ante la gran cantidad de
vecinos y medios de comunicación, los agentes acordonaron la calle desde los
dos extremos y negaron el acceso –incluidos los mismos vecinos residentes en
esta vía– salvo a los que ya estaban allí y a las autoridades.

Cacerolas en la calle
Ante estas restricciones, los vecinos elevaron sus gritos y sacaron cacerolas a
la calle. También desde una de las viviendas de la calle lanzaron un cubo de
agua a los agentes al tiempo que les pedían que se fueran de allí y
“dejaran el barrio tranquilo”.

Al ver que las grúas no cesaban, vecinos y miembros de la plataforma se
pusieron delante del inmueble que estaba previsto derrumbar para evitarlo. Así
mismo, diversos representantes políticos –tanto del equipo de gobierno como de
la oposición– llegaron a El Cabanyal unos, alegando que con los derribos
exigían el “cumplimiento de la ley” ,y otros para reclamar que
cesaran hasta que el juzgado se pronunciase sobre las peticiones cautelarísimas
de paralización, solicitadas por Delegación de Gobierno y la plataforma Salvem.

Sobre las 13.40 horas un agente se acercó al grupo de políticos contrarios a la
prolongación de la avenida Blasco Ibáñez por El Cabanyal y les informó de que
el juzgado daba permiso para seguir con los derrumbes puesto que había denegado
las paralizaciones. Así, les pidió que se abandonaran la zona y les advirtió de
que, de no hacerlo ellos mismos, tendrían que ser obligados.

Políticos a rastras
Como no se movían, los agentes fueron sacando a rastras a los políticos, entre
los que se encontraban el secretario general del PSPV en la ciudad de Valencia,
Salvador Broseta; el coordinador de EUPV en la ciudad de Valencia, Amadeu
Sanchis; el edil socialista Vicente González Móstoles; los diputados de EUPV en
las Corts Marga Sanz y Lluís Torró.

Así mismo, la portavoz adjunta de Compromís en la Cámara autonómica, Mònica
Oltra, cayó al suelo, mientras vecinos gritaban contra la actuación de derribo.
La parlamentaria aseguró que los agentes le habían agredido y avanzó que
pensaba poner mañana una denuncia por lo acontecido.

Posteriormente, y cuando la excavadora se volvió a poner en marcha, dos vecinos
de la zona se subieron en el tejado del inmueble de la vía para evitar su
derrumbe. Esto obligó a que se presentaran dos vehículos de bomberos, y a que
los policías utilizaran sus grúas para ascender, cogerles y obligarles a bajar.
En todo momento mostraron gran resistencia y lanzaban patadas y puñetazos
mientras los policías intentaban detenerles. Cuando los agentes llegaron
arriba, se abrazaron para evitar que les separaran.

Una vez despejaron la zona, cerca de las 14.30 horas, la grúa comenzó con este
derribo, mientras la gente seguía gritando ‘resistir, resistir’; ‘Manos arriba,
esto es un atraco’; ‘Es ilegal la actuación policial’; ‘Rita, escucha, el
Cabanyal está en la lucha’ y ‘Esta nit no podrán dormir’. Más tarde, a partir
de las 16.00 horas, las grúas siguieron con otros dos derribos, uno en la calle
San Pedro número 105, y otro en la calle Luis Despuig, número 98.

Doménech consideró que la actuación policial fue “totalmente
desproporcionada” puesto que, según dijo, “se trata de diputados y de
personas que ocupan cargos públicos en la oposición y no se les puede tratar
así”. Lamentó que en 12 años “sólo se está asistiendo a demoliciones
y degradación” y señaló que esta actuación supone una “herida
profundísima” para la gente del barrio.

Enfrentamiento verbal
Sobre las 10.45 horas, el teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Valencia,
Alfonso Grau, se presentó en la calle Vidal de Cañelles, antes de que se
produjera el segundo derribo, entre abucheos de los vecinos, quienes se
dirigieron a él con insultos como ‘ladrón, criminal o mentiroso’. Indicó a los
periodistas que había asistido para “hacer cumplir la ley”.

Al llegar, se encontró con el portavoz de la plataforma Salvem, Faustino
Villora, y ambos tuvieron un enfrentamiento dialéctico. Cuando Villora le
recriminó que “nunca” había ido al barrio con ellos, el ‘popular’ le
dijo que él no iba “con violentos a ningún sitio”. Entonces, Villora
le replicó que sabía que él no era violento y le explicó que lo que pretendían
era evitar derribos y que se destruyeran casas.

Seguidamente, Grau y González Móstoles se encontraron y el primero le recriminó
que los socialistas votaron en un pleno a favor de los derribos fuera de la
zona BIC, a lo que el edil socialista le respondió que votaron que no tirasen
los edificios incluidos en la zona BIC pero “respetando la orden” del
Ministerio.

http://www.levante-emv.com/valencia/2010/04/06/h1la-policia-desaloja-vecinos-derribos-cabanyalh1/693889.html

I un enllaç de vídeos de les càrregues policials.
I un altre,
ací.

ENTRA EN LA PLANA DE SALVEM EL
CABANYAL 
http://www.cabanyal.com/nou/?lang=CA 
 

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