GALERIA DE MANOS DE UN JARDÍN
Anoche soñé que tras un largo deambular, perdido por la gran ciudad, llegaba a los alrededores de un jardín.
Y de pronto me encontraba en el interior de una luz cálida paseando entre parterres donde crecían toda clase de manos de una botánica tan original y humana como conmovedora: Manos altas que buscaban las nubes, manos enlazadas que segregaban el ámbar de la ternura, manos diminutas que masajeaban el humus y lo llenaban de vida, manos que soñaban historias y aventuras, manos que leían la verdad de la poesía, manos que gesticulaban mensajes secretos entre los amantes, manos que medían la sensibilidad de los cuerpos, manos que tocaban piezas musicales imposibles, manos que se subían por los muros del pensamiento, manos que curaban los dolores de la vida, manos que escribían los nombres del amor, manos niñas y manos viejas, manos cansadas y manos robustas, manos con pulgares, manos con índices, manos con corazones, manos con anulares, manos con meñiques: manos de todas las formas, colores y tamaños que exhalaban el perfume de los placeres verdaderos.
Y al fondo, escondido tras una pérgola, un pié.
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