Etziba Balutxo...

Bartomeu Mestre i Sureda

Pau, Justícia i Germania (XX) DESMUNTANT JMQ -4-

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Segona estada a Madrid (1845-1846)

Com vàrem explicar, un dels primers objectius de Quadrado en arribar a Madrid l’estiu de 1842 va ser seduir Balmes. Li va escriure, li va enviar els toms de Frutos de la Prensa, on havia incorporat articles del vigatà i, finalment, va aconseguir trobar-se amb ell i obtenir-ne la confiança per publicar articles a El católico. En el moment de la coneixença, Jaume Balmes, amb el patrocini del Marquès de Viluma, ja preparava una creuada en defensa del matrimoni d’Isabel II amb Carles de Borbó, pretenent del tron, per acabar amb els aixecaments carlistes i cimentar la unitat d’Espanya.

Amb aquest objectiu, des del febrer de 1843, Balmes impulsà el setmanari El Pensamiento de la Nación, acollit amb èxit amb una tirada inicial de 1.000 exemplars que s’amplià fins a 2.250. Els carlins veren amb bons ulls la campanya a favor d’aquell matrimoni, però els isabelins no compartien la idea. Va ser així com Balmes va trobar convenient crear una altra publicació orientada a convèncer als partidaris de la reina. Ja feia un any i mig que Quadrado havia abandonat Madrid i s’havia incorporat a l’Arxiu de Palma, però Balmes pensava que era un bon candidat a dirigir el nou diari i dia 24 de gener de 1845, el va sondejar: Desearía que usted me contestase a la siguiente pregunta: ¿Está decidido irrevocablemente a no venir a Madrid? Y en caso de que esta resolución no exista o no sea irrevocable, ¿qué condiciones desearía usted para el caso que usted quisiese trabajar en un periódico diario?

Quasi dos mesos després, dia 13 de març de 1845, Balmes replica la resposta esquiva de Quadrado i li proposa una prova: Recibí su grata de usted, y me hago cargo de los motivos para no venir a Madrid; sin embargo, bien penetrado de lo muy útil que sería usted aquí y de que puede usted hacer un ensayo sin ningún compromiso, me atrevo a rogarle, y en esto procedo de acuerdo con personas respetables, que haga usted un viaje a Madrid. Todos los gastos del viaje le serán reintegrados; y si usted gusta de permanecer en esta dos o tres meses, lo hace; si no, se vuelve. (…) En fin, hágase usted la cuenta que repite una salida como la de Aragón, nada más1. De todos modos, desearía la contestación tan pronto como sea posible.

Novament, dia 29 de març, Balmes insisteix i detalla la feina i les condicions: Ahora, como amigo, voy a decirle a usted lo que hay. Se funda un periódico que sostenga diariamente las doctrinas que El Pensamiento ha defendido semanalmente y que continuará defendiendo. Mis ocupaciones particulares y otras causas han hecho que yo no me encargue del nuevo periódico como muchos pretendían. Yo he indicado a usted como la persona más aventajada que conozco para sostener con lustre y profunda convicción las sanas doctrinas. Los compañeros que usted tendrá son recomendables. Uno es Lafuente, literato, actual substituto de teología en la universidad de Madrid; otro, García de los Santos, joven apreciable que me ha hecho en El Pensamiento algunos extractos; otro no se si será, para algunos artículos, Vicente Carabantes; y, en fin, si entra algún otro, se procurará que sean personas como usted merece tener por compañeros2. Los sujetos a quienes he aludido le aseguran a usted desde luego el gasto del viaje, y 16.000 reales para un año; y esto aunque por cualquier causa no durase el periódico más que un mes3. Son personas que, si yo las nombrase, le inspirarían a usted plena confianza. Las relaciones que usted adquirirá son excelentes, y si el periódico prospera, no dudo que no habrá mezquindad en la dotación. Yo deseo que usted venga; pero desearía también que la renuncia del destino esperase usted a hacerla para cuando ya estuviese en Madrid. En una palabra: creo que le ha de ser ventajoso a usted el venir; pero deseo el acierto con un ardor tal, que no me atrevo a tomarme tanta libertad como usted me da. Yo le he comunicado a usted el estado del negocio; usted es quien ha de resolver, no yo. No tendrá usted otra ocupación que la dicha. Hasta estoy procurando a ver si podía usted vivir en casa del administrador de El Pensamiento, que lo será también del nuevo periódico. Es persona muy religiosa y fina. No tiene más que madre algo anciana y su mujer sin hijos. Esto en caso de gustarle a usted, ya en cuanto al gasto, ya con respecto a lo demás. Lo he pensado con la idea de quitarle a usted de casas de huéspedes, gastando tal vez lo mismo o menos. Usted se convencerá de mis buenos deseos; mucha satisfacción será para mi si se cuida usted de traerme la respuesta en persona. De todos modos, conviene prontitud en la resolución definitiva, y con la ejecución si usted se decide. Espero cuando menos contestación a vuelta de correo. Le advierto a usted que pienso marcharme pronto a París; y que gustaría mucho de que no fuesen solos tres o cuatro días los que tuviese el gusto de pasear con usted. El cuarto de administración y redacción esta ya tomado; las mesas preparadas; vea usted si conviene que se sepa pronto en que se queda. Espero el momento de abrazarle.

El mes següent, dia 22 d’abril de 1845, Balmes no accepta l’argument de Quadrado i persisteix en reforçar la proposta, amb 10.000 reals més: He recibido la de usted del 11, que, hablando francamente, ha desconcertado el plan. Usted no ha querido disgustar a su señora madre, lo que siempre es muy laudable. En toda la carta de usted no he encontrado otra razón valedera que las lágrimas de su señora madre, y está razón es muy fuerte. Sin embargo, después de haber conferenciado con los consabidos señores, manifestándoles yo que el vacío de usted difícilmente se llenaría, han insistido en que yo le escribiese a usted de nuevo. Quizás sea ya demasiado, y desde luego le pido a usted indulgencia por tanta libertad. Me han dicho que si quiere usted venir se le darán a usted 26.000 reales al año; y que esto lo tiene usted seguro por un año, aunque el periódico no durara tanto. Si su señora madre de usted quisiese consentir en separarse de usted por una temporada, espero que su permanencia de usted en Madrid no sería inútil. Las relaciones que usted adquiriría el mismo mismísimo día de su llegada son las mejores que se pueden desear. Nada más tengo que añadir. Si usted se resuelve, escriba usted al señor don Santiago de Tejada, calle de Fuencarral, numero 55, cuarto principal; el le presentará inmediatamente a los demás señores. Ya tenía usted preparada una buena habitación en casa del administrador. Yo salgo para París el día 26; conque es imposible que me vea usted aquí. Si algo tiene usted que mandarme diríjase usted: M. Llord, rue Neuve St. Roch, 8, París. Sería bueno que a vuelta de correo, si es posible, diese usted contestación al señor don Santiago de Tejada.

La tenacitat de Balmes, finalment, va obtenir el resultat que desitjava i, des de París, dia 19 de maig, escrivia a Quadrado una llarga carta on li confiava la preparació del prospecte propagandístic, amb indicacions molt clares del que ell volia quant al contingut (rigor i concisió) i quant a la independència que calia establir entre el nou diari i El Pensamiento de la Nación: Mi estimado amigo: Al fin se ha resuelto usted; mucho me alegro. No dudo que habrá sido un sacrificio pero esta es la condición de ciertos hombres; se deben a la sociedad. Le auguro a usted un éxito muy brillante; y tanto mayor cuanto mayor veo su desconfianza, hija de la modestia. Solo los hombres que no comprenden lo que van a hacer encuentran fácil lo difícil. Y difícil es su tarea de usted, no lo niego: si no hubiera sido una cosa difícil no hubiera sido usted tan importunado. Sostener los buenos principios en toda su pureza, quitándoles la dureza que los hombres con sus errores y pasiones hayan querido darles en la aplicación; acomodarse al espíritu del siglo sin desviarse un ápice de los eternos principios de la moral, ni de cuanto nos ensena y prescribe la Religión católica; conservar en lo posible lo antiguo sin desdeñar demasiado lo nuevo; fijar el punto en que se hayan de estrechar la mano las instituciones de los tiempos anteriores con las del siglo XIX; determinar el desarrollo que se haya de consentir al elemento popular, para que no dañe a la unidad y fuerza de la monarquía; señalar los medios con que se hayan de buscar en la sociedad los elementos que encierra de gobierno para hacerlos subir cual fecundante savia hasta las regiones del poder; en una palabra, formular un sistema verdaderamente nacional, que por medio de transacciones amplias y equitativas lo concilie todo acabando para siempre con las reacciones y las revoluciones: he aquí una tarea bien difícil; y este, sin embargo, es el objeto del periódico que usted va a dirigir.

Ya estoy esperando con ansia el prospecto que, como cosa de usted, no puede menos de ser brillante. Alguno he oído que no quisiera en usted tanta poesía; pero a mi la poesía me gusta en todo, porque entiendo por ella la oportuna exuberancia del sentimiento y de la imaginación, que pinta, embellece, suaviza y encanta, dando a las ideas colorido, a los sistemas un magnifico ropaje, al estilo, animación, gracia, nervio, elocuencia. Además, que la poesía no esta reñida con la severidad rigurosa de la lógica, con la exacta observación de los hechos, con la expresión fiel de la verdad, y, sobre todo, con aquella brevedad y concisión que, sin tocar en lo obscuro, despide los argumentos como flechas que atraviesan, y cubre al que la emplea con un escudo impenetrable: Ferrum et triplex. No falta quien piense, y entre ellos el señor Tejada, que conviene decir en el prospecto mismo que se sostendrán diariamente las mismas doctrinas que El Pensamiento de la Nación ha expuesto semanalmente. Yo tengo mis dudas sobre la necesidad y hasta conveniencia de decir esto en el prospecto. Con esto se hará un honor a mi periódico, pero es necesario huir de afectaciones. Yo no tengo derecho a oponerme a esta memoria; pero si mi parecer se siguiese, no lo haría. Comenzaría el prospecto haciendo notar el punto de lasitud y postración a que han llegado todos los periódicos políticos en España; la visible descomposición de que ofrecen síntomas todos ellos; la necesidad de una bandera a que puedan acogerse todos los hombres de todos los partidos, sin que se les obligue a pasar por las horcas carlinas, y de constituir el poder publico sobre una base verdaderamente nacional, en que entren todos los españoles, apiñándose todos alrededor del trono, y de acabar para siempre, por medio de transacciones prudentes, las divisiones que han producido discordias y guerras, y que a la sazón producen aun desvío y alejamiento; continuaría con unas cuantas indicaciones generales sobre las leyes antiguas de España, y la conveniencia de hacerlas revivir con las reformas correspondientes; no olvidaría la veneranda religión de nuestros padres, y la urgencia de atender debidamente a la manutención del culto y clero; mezclaría algunas palabras de orden, de paz, de unión, de medios legales, abominando de todo pensamiento de guerra civil, de recursos violentos, etc., etc., ofrecería amenizar el periódico, pero protestando contra esa amenidad inmoral y asquerosa, que consiste en destruir con folletines infames las buenas impresiones que se hayan podido causar con los artículos de fondo; haría sentir en el estilo, en el tono y en el fondo de las ideas, que el periódico estará a la altura del siglo, sin perder nada de su severidad moral y religiosa; y acabaría con cuatro de aquellas palabras que ribetean, por decirlo así, un escrito, y no le dejan que acabe frío y desmayado.

Esto haría, y esto no dudo que lo hará usted y con creces. Me parece que aunque está usted en relaciones con una empresa y con un círculo político, el periódico no debe sonar como tal en el prospecto. Un prospecto no ha de ser un manifiesto de un partido. Además, hay cosas buenas para sabidas, mas no para dichas. Hay cosas que son públicas, y que, sin embargo, no se reconocen jamas explícitamente. En mi concepto, con esto no ganaría autoridad el periódico, pues lo que es sus relaciones con ciertos hombres nadie las ignoraría, y perdería en libertad para ciertas indicaciones, para ciertas noticias, para ciertas maniobras de estrategia periodística, en que no conviene que se corra enteramente el velo, bastando que se levante una punta de él. Todo lo que fuera indicar en un prospecto actos de gobierno, disensiones en el consejo de S. M., ni aun aludir a hombres públicos determinados, me parece altamente impropio sobre inconducente. Esta es mi opinión; usted tomará de ella lo que considere oportuno. Por lo demás, aliento y brío: fuerza de convicción, lealtad de sentimientos, sinceridad de palabra, inspirarse en las conversaciones con toda clase de hombres, sin constituirse dependiente de ninguno; pensar por sí, escribir por sí, no decir jamás sino lo que se piensa, jamás una palabra contra lo que se piensa, por ningún motivo, por ninguna consideración, bajo ningún pretexto; unir a la moderación y a la modestia aquella justa firmeza que en ciertas cosas dice un no que nadie puede hacer que sea un si; estas son las circunstancias que deben reunirse en quien escriba para el público.

El hombre en todas las posiciones es independiente, cuando sabe serlo. Tiene usted la fortuna de tratar con hombres concienzudos y caballerosos, que respetarán siempre en usted la delicadeza que le distingue; jamás los encontrará usted sordos a los consejos de la razón, de la prudencia y del honor. Jamás se encontrará usted en la necesidad de hacer respetar la independencia del escritor, porque esta independencia la respetarán ellos sin que usted lo exija. Yo he estado en mucha relación con ellos, y le aseguro a usted que tenían noticia de mis artículos, cuando la tenían los demás suscriptores; y un punto grave he llegado a tratar, a pesar de que un voto, para mi muy respetable, opinaba que no era oportuno. Creo que la estancia de Madrid le será a usted muy grata; espero que con ella prestará usted un servicio a la patria, y que por este medio se le abrirá a usted el brillante porvenir a que puede aspirar, por los dones con que Dios le ha enriquecido. No puedo decirle a usted cuando nos veremos: es probable que tardemos un poco todavía. Pero en Madrid, como fuera, ya sabe usted que tiene un apasionado amigo y servidor. Disimule usted mi locuacidad, que por cierto ya es demasiada; dispénseme la tardanza en contestar, pues lo he hecho con la idea de encontrar a usted ya en Madrid con la mía; y mande de su afmo. s. s., q. b. s. m.

Quadrado, ja instal·lat a Madrid, dia 9 de juny demanà a la Diputació autorització per absentar-se tres mesos. La resposta fou favorable, amb la condició de posar un substitut4. Finalment, dia 16 de juliol de 1845, El Conciliador publicava el primer exemplar5. Els continguts eren gairebé idèntics a El pensamiento de la Nación encara que adreçats als partits isabelins. Per més que l’objectiu de Balmes era aconseguir el matrimoni de la reina amb Carles de Borbó, El Conciliador no va tocar el tema durant els tres primers mesos, a plena consciència que els isabelins no volien aquella unió i Quadrado els havia de fer canviar d’opinió o tombar el coll. Tanmateix, El Español dia 28 de juny ja havia desemmascarat el vertader objectiu: Debe comenzar desde 1 de julio un nuevo diario destinado a abogar por la boda de nuestra reina con el hijo de D. Carlos. Se titula El Conciliador6.

Jaume Balmes i Urpià (1810-1848) aquarel·la de Francesc Fonollosa

Quadrado, l’hereu de Balmes? I un be negre!

e haja’n consciència qui ho ha afollat

De manera gairebé unànime, els historiadors han assumit com a cert el relat de Quadrado sobre la relació que va mantenir amb Balmes, de qui es proclamava fill i hereu ideològic. Una pretensió més de les seves, escampada i estampada al fals fil de la història. Balmes, com veurem a continuació, posà en solfa la valoració primigènia de Quadrado. Només cal llegir la correspondència del vigatà per desmentir l’atribuïda simbiosi. Quadrado no va estar a l’alçada del que pretenia Balmes i, aquest, va romandre decebut i escalivat.

La vida de la publicació va ser efímera; no va durar ni cinc mesos. De fet, mai no va prendre volada i era una mort anunciada. Va ser un fracàs que Balmes va intentar evitar. El mes d’octubre, insatisfet amb els resultats, intentà un cop de timó i, des de Barcelona, contractà al jove advocat i economista Joan Illas i Vidal (1819-1876), redactor dels periòdics conservadors (El Imparcial, El Fomento, El Ancora i El Vapor), i l’envià a Madrid per donar una injecció de vida que no serví de res. Illas informà Balmes que Quadrado estava amargat i, sense fe en el projecte, no hi havia la més mínima esperança de redreçar la publicació. Efectivament, el mes d’octubre, en carta a Tomàs Aguiló, Quadrado ho reconeixia: Nuestro periódico está en dieta, es decir bajo el régimen más estricto de economías. Tenemos setecientos subscriptores que no bastan para cubrir la tercera parte de gastos.

Dia 17 de novembre, des de Barcelona, Balmes respon al patrocinador del projecte, el marquès de Viluma, que l’havia avisat del fiasco que s’acostava: Según veo por la grata de usted, El Conciliador se muere; es sensible, porque sobre la pérdida económica hay una pérdida política. Balmes es mostra decebut, però resignat. Admet que es brindi una via de sortida a Quadrado (tot i que li vol fer «algunas indicaciones») i considera que s’ha de ser molt lacònic en anunciar el final de la publicació: Si, agotados todos los medios, El Conciliador muere, no creo que haya ninguna retirada honrosa: el público sabrá lo que ha sucedido, o por mejor decir, lo sabe ya. Creo que lo único que se podrá decir es que cesa. Comprendo el interés que ustedes se toman por Quadrado; es justo. Si quiere escribir en El Pensamiento, no tengo inconveniente: el honra lo que toca. Pero antes de comenzar deseo que me escriba para ponerse de acuerdo: yo en tal caso me tomaría la libertad de hacerle algunas indicaciones

Cuando muera El Conciliador no hay necesidad de mentar a Quadrado para nada: esto podría herirle; y, además, si escribe en El Pensamiento, el publico lo verá por la firma. Repito que la formula mejor sería: «El Conciliador cesa.» Nada más: cuanto se añada, si no es dañoso, será inútil; y, según como se hiciese, podría tener sus puntos de ridículo.

No havia passat un mes d’ençà de l’auguri quan, dia 9 de desembre de 1845, El Conciliador publicà el darrer número. L’endemà, ignorant encara Balmes de la mort del diari, escrivia des de Barcelona a Quadrado a qui, subtilment, recomanava tornar a l’arxiu a Mallorca: Siempre quiero hacerme la ilusión de que El Conciliador no morirá; es tanto más sensible su desaparición cuanto se hace más interesante cada día por su mérito y es más necesario para su objeto. No le aconsejo a usted que renuncie lo de Mallorca; mejor estaría usted en Madrid pero ya ve usted lo que la política da de sí; usted es demasiado previsor. Desde Mallorca puede usted cooperar al lustre de El Pensamiento de la Nación; los trabajos de usted también son interesantes aunque lleven ocho días de fecha.

La Flaca l’any 1870 encara feia befa del carlisme amb sotana

El conciliador no havia durat ni cinc mesos. Balmes, a la correspondència privada, no ocultarà la decepció. L’estratègia de crear dues publicacions convergents per forçar el matrimoni que volien els carlins havia fracassat7. Quadrado desobeí la recomanació de no entrar en explicacions del tancament i, sense la més mínima autocrítica, es va espolsar les responsabilitats i ho va atribuir a causes exògenes. Balmes quan va llegir el comiat publicat per Quadrado li va expressar el seu desacord i, fins i tot, publicà una rèplica: Prescindiendo de su mérito literario, que jamás falta a sus escritos, he de decir ingenuamente que yo no lo hubiera puesto. Sobre los inconvenientes políticos tenía el de dar más pie a las chanzonetas. En el artículo que hoy remito me hago cargo de unas palabras de usted en dicho artículo; creo no interpretarlas mal; como quiera, siempre salvo al hombre y al escritor.

Però Quadrado no es va conformar amb la concessió de Balmes d’escriure a El Pensamiento de la Nación. Amb una evident inconsciència, coneixedor que Balmes el considerava responsable del fracàs, Quadrado encara li demanà ocupar el lloc de Benito García de los Santos, com a redactor en cap, i informà Balmes que ja ho havia gestionat i que el possible substituït manifestó de buen grado que me cedería su lugar. Dia 3 de març de 1846, encara a Madrid, amb l’esperança de veure adjudicada la direcció del setmanari, escrivia a Aguiló: estoy aguardando la venida de Balmes, cosa que me pone en el trance de pedir favores nuevos a las gentes de por ahí. Balmes, que ja li havia recomanat tornar a Mallorca, no acceptà tal pretensió: He visto la indicación que usted se sirve hacerme sobre lo de don Benito de los Santos; por ahora no trato de hacer ninguna novedad. Un rebuig, subtil però contundent, que Quadrado degué sentir. La seva segona estada a Madrid, novament, el convidava a tornar a Mallorca amb un sentiment de fracàs. L’historiador Miquel Pastor, va escriure: Mossèn Antoni Pons me comentaba que ya en las cartas de Quadrado se advertía que nuestro archivero salió de Madrid por la calle de la amargura. Su periódico no tuvo mejor fortuna. Aquesta vegada, això sí, retornà amb la butxaca plena8.

El disgust de Balmes era evident. Quadrado no havia seguit les indicacions rebudes, no havia sabut implicar els isabelins en les noces de la reina, havia fet un comiat atribuint la culpa del fracàs editorial a la política i, per afegitó, pretenia dirigir El Pensamiento de la Nación. El distanciament era clar, però sense trencament. El 6 d’agost de 1846, Balmes respon breument un requeriment de Quadrado en demanda d’opinió del seu canvi d’estil dels seus escrits: ¿Que quiere usted que le diga sobre el giro de su pluma? ¿No fué acaso bastante atrevidillo en Madrid, indicando algunas cosas, tal vez con sobrada libertad? Poc després, el setembre de 1846, Quadrado protesta en veure retingut un article i retreu que ja li havia passat abans. Balmes li replica Estando en Madrid, no me acuerdo de haber añadido ni quitado una coma a los artículos de usted; los leía, sí; pero no hacía más. La persistència de Quadrado en la publicació de l’article retingut, provoca la intervenció directa de Balmes que, dia 11 de setembre, li escriu: Muy señor mio y amigo: Recibo en este momento la de usted de ayer, y mando hoy mismo el artículo de usted, suprimiendo únicamente aquello de las bayonetas, que, aunque inofensivo en la mente de usted, podrían otros interpretarlo mal. Els recels acabaren amb la correspondència periòdica i el distanciament es va fer notable.

Pau Piferrer i Fàbregues (1818-1848)

Un any i mig després dels desencontres, dia 11 de maig de 1848, Quadrado acompanyà Piferrer a visitar Balmes, ja malalt i tancat a la cambra amb l’única condició que no hi entràs cap dona. En carta a Aguiló, informava: Hoy he pasado un día agradable en compañía de Balmes, Piferrer, Bofarull, Mariano, Ferrá y Francisco Oleo. No havien passat dos mesos quan, dia 9 de juliol, va morir Balmes, i dia 25 del mateix mes, finava Piferrer. Amb data de 31 de juliol, Quadrado escrivia un doble obituari: uníanse en el corazón del que esto escribe, débil auxiliar de la noble lucha política del primero, socio y continuador de las bellas y laboriosas excursiones del segundo. Ambos han fenecido en la flor de sus días. Balmes de 38 años, Piferrer, de 30 apenas, consagrado desde su edad primera al sosten de una anciana madre y de familia numerosa que cifraba en él su apoyo.

És prou sabut que la gent, quan mor, torna bona de cop. Des d’aleshores, Quadrado va exhibir Piferrer i Balmes com a grans referents i, a més d’assumir la continuació de l’obra del primer, es proclamà continuador de l’ideari del segon. Una proclamació més que pretensiosa. Tanmateix, els recels entre els tres venien d’enrere. El febrer de 1843, coincidint amb la primera estada a Madrid, Quadrado havia escrit a Aguiló: Piferrer a mi paso por Barcelona ya me dijo que Balmes era bastante egoísta e interesado (…). La especie de relaciones que tuve con Balmes no me dieron lugar a juzgarle bajo aquel punto de vista; vi, sí, que era hombre de cabeza principalmente, y estos en su paso por la tierra tienen otra misión que la de amar.

El segon retorn a Mallorca de Quadrado, amb una sensació de fracàs tant o més intensa que la que havia experimentat el 1843, va ser el darrer dia d’abril de 1846. Anà a viure de nou amb sa mare, una germana i el seu germà gran que moriria just un mes després. En va informar, dia 9 de juny, El Propagador Balear, quan publicà la relació dels morts de la setmana del 29 de maig al 4 de juny, entre els qui destacava Antonio Quadrado, nascut a Ciutadella, de la parròquia de Santa Eulàlia de Palma, fadrí de 40 anys9.

NOTES:

1 Balmes fa esment a l’estada a Saragossa de Quadrado, l’any 1843, per enllestir el volum dedicat a Aragó de l’obra dirigida per Pau Piferrer, amb il·lustracions de Parcerisas.

2 Lafuente col·laborarà amb Quadrado a moltes de publicacions. L’any 1870 declararà Francesc Colom com a autor de la mort de Joan Crespí… atenent una informació del propi Quadrado.

3 Cal observar la magnitud de l’import que se li ofereix quan el sou que percebia Quadrado de la Diputació era de 3.000 reals a l’any.

4 Quadrado delegà les seves funcions en el seu amic Tomàs Aguiló. Dia 2 de setembre, Quadrado va demanar una pròrroga que se li concedí en la inteligencia que no se le abonará el sueldo más que hasta fin del corriente año

5 El nom del diari escollit per Balmes feia esment a Il Conciliatore, la revista que havia fundat l’any 1818 el poeta i periodista Sílvio Péllico (1789-1854), l’admiració pel qual devia compartir també Quadrado que, en carta a Aguiló, confessava: en medio de esta soledad de Babilonia, Sílvio Péllico lo es todo para mi.

6 El Español, diario de las doctrinas y de los intereses sociales va exercir una crítica implacable per ridiculitzar El conciliador fins al tancament. Dia 10 de desembre publicava: Se nos olvidaba decir que El conciliador ha entregado el alma a Dios.

7 Dia 10 d’octubre de 1846, el dia que feia 16 anys, Isabel II es va casar amb Francisco d’Asís Borbó, cosí germà de la reina tan per part de pare com de mare.

8 El sou que li pagava la Diputació era de 3.000 reals a l’any, import que s’incrementaria a 6.000 (1851), 8.000 (1853) i progressivament, fins que el 1895, en jubilar-se, cobrava 2.400 escuts, equivalents a 24.000 reals a l’any, una xifra encara inferior als 26.000 que, mig segle abans, havia cobrat a Madrid per només sis mesos.

9 En tota la bigliografia consultada sobre Quadrado, no he sabut trobar cap referència a aquest germà (sí a la seva germana, com veurem), però la nota de premsa referenciada en verifica l’existència.

Aquesta entrada s'ha publicat en el 12 de setembre de 2022 per Bartomeu Mestre i Sureda

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