Vamos por partes, lo que está pasando en Catalunya y el Estado Español, pasa porque algo ha pasado.
No es una casualidad que precisamente ahora, se destapen tantos casos de corrupción.
¿Por qué ahora, por qué no hace dos o cinco años? Porque ahora surgen todas las denuncias de corrupción?
Corrupción se escribe con C DE CORONA
Vamos por partes, lo que está pasando en Catalunya y el Estado Español, pasa porque algo ha pasado.
No es una casualidad que precisamente ahora, se destapen tantos casos de corrupción.
¿Por qué ahora, por qué no hace dos o cinco años? Porque ahora surgen todas las denuncias de corrupción?
Esta pregunta no se puede responder sólo con la legítima y verdadera denuncia del juego sucio de los servicios de espionaje españoles contra el proceso de Independencia de Cataluña y los Países catalanes. Por cierto, llamar de inteligencia a estos servicios, sería un insulto a la inteligencia.
La ola de ollas podridas ahora destapadas arrasa todo el estado y especialmente Madrid, no sólo los PPCC.
Desde mi opinión, esto ocurre porque la complicidad de clase entre las diferentes burguesías y castas burocráticas del Estado, se ha roto.
Los capitalistas de España mantenían un pacto de caballeros, si afloraba un escándalo en Galicia, los burgueses catalanes y vascos le restaban importancia, si un caradura y sinvergüenza de Madrid caía por su grosería en el momento de robar, todos de las altas esferas miraban hacia otro lado.
Esta conjura de clase se ha roto por una sola razón y sólo una: Por la caída de la Corona, porque la corona ha empezado a caer y ya no lo detendrá nadie.
Era el Rey quien garantizaba una impunidad a prueba de todos los chorizos de los salones reales españoles.
Es el Gobierno de Turno y el Rey quien tiene la potestad feudal de los Indultos, en base a una Ley de 1870, que permite, bajo una absoluta opacidad, perdonar a torturadores, ladrones, violadores y a banqueros y políticos.
La estructura jurídico política del Estado es corrupta en sí misma.
Estas leyes expresaban esa alianza histórica entre las burguesías de Cataluña, Euskadi y Galicia, las castas terratenientes de Andalucía y de Extremadura y las castas burocráticas de Madrid, de todos estos sectores de vividores que yacían a la sombra de la Corona.
Esta conjura de clase, estaba escenificada con la entrega de una hija del Rey enviada a los dominios de uno de los aliados, al más puro estilo medieval.
El resultado de esa transacción, que formó parte de la Transición, fue que la Elefanta se trasladó a Barcelona y aquí conoció al ahora ex atleta del Barça.
El arribista, pasó de ser una estrella del balonmano, a una estrella del “metolamano”.
Mientras el joven realizaba sus pinitos en el arte español del choriceo, ella asistía dos días a la semana a La Caixa a hacer el numerito de princesa de proximidad.
Digo asistía, porque decir que iba a trabajar sería otro insulto, pero a los trabajadores.
La presencia de la Infanta era la escenificación en La Caixa de la alianza entre la burguesía catalana y la Corona. Y como si esto fuera natural, esta alianza incluía un cheque de impunidad.
La corrupción no es hija del dinero, es heredera de la IMPUNIDAD.
CORRUPCION Y CONTRATO SOCIAL
El estado Español, como todos los estados, se basa en un contrato entre las instituciones y el pueblo, pero resulta que en el Estado español, ciudadanos no hay, aquí todos somos súbditos del Rey.
Este Contrato social se basa en la Ley suprema: la Constitución.
Y esta constitución establece, negro sobre blanco, que los sujetos políticos de la sociedad son dos: por un lado toda la población, los súbditos y los que no lo son, los residentes extranjeros.
Toda la población es el 50%, y por el otro lado un señor de apellido Borbón que es inimputable, es impune por imperio de las leyes.
Esa es la igualdad del Estado resultante de la Transición…
La impunidad surge de la Constitución, y entre las prerrogativas, está la del indulto.
Toda la corrupción nace de la impunidad impuesta legalmente por la Constitución española, porque el Estado español es una entidad corrupta por naturaleza, lo lleva en su ADN.
Es como la corrupción del perro sanguinario de Extremadura, Hernán Cortés, venerado por muchos extremeños, que tras pactar con Moctezuma que le dejaría tranquilo si llenaba una habitación de oro y cinco de plata, en el momento de llegar los metales preciosos al techo, le cortó la cabeza. Y así podríamos seguir hasta Franco y don Juan Carlos.
La única solución a la corrupción es la República, que los ciudadanos puedan sancionar a los funcionarios que deberán estar al servicio del pueblo.
Por eso los cabecillas de CiU se niegan a nombrar la palabra Independencia. Porque Independencia significa Asamblea Constituyente y volver a legislarlo todo.
Tampoco quieren oír hablar de República, porque saben que en la actualidad el poder de los ciudadanos, basado en las TICs, las Tecnologías de la información y la comunicación es muy grande, y si no miremos a Islandia.
Para acabar con esta corrupción debemos acabar con el Estado español.
Con la República ya tendremos la nuestra, una corrupción más pequeñita, que no pondrá la sociedad en peligro y que podremos arrinconar poco a poco.
Ningún colectivo humano está libre de la corrupción; ya hay ejemplos de Independentistas corruptos y no sólo en los partidos políticos. Pero no será impune como ésta. Yo quiero la República Federal Catalana, que reúna a todos los Países Catalanes y que ponga el control de la cosa pública en manos de los ciudadanos.
Por eso hay que acabar con el Estado Español, en todo el territorio de los PPCC, por eso hace falta la Independencia ya!
Diego Arcos
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