Literatura catalana moderna - Illes

Blog de l'escriptor Miquel López Crespí

3 de juny de 2025
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Illes – L’ escripor pobler Miquel López Crespí deixa d´escriure (però no de publicar)

 – Els records de més de 50 anys de literatura catalana en una entrevista de la periodista Clara Ferrer a Última Hora – Miquel López Crespí dice adiós a la escritura: «Tras casi un centenar de libros, temo repetirme» – El prolífico autor de sa Pobla, sin embargo, matiza que no dejará de publicar, pero sí dejará de producir nuevas obras –

 

Por Clara Ferrer a UH

Su currículum de publicaciones bien podría ser uno de esa multitud de libros que ha escrito a lo largo de cincuenta años. Miquel López Crespí (sa Pobla, 1946) es autor de una docena de obras de no ficción, una veintena de recopilaciones de cuentos, otra veintena de novelas, veinticuatro poemarios, tres autobiografías y seis textos teatrales. Su vida, desde los catorce años, ha estado ligada a la literatura, a la que ha consagrado su día a día, a jornada completa. Por eso, resulta sorprendente que decida renunciar no a la literatura, pero sí a la escritura. (Clara Ferrer)

 

Su currículum de publicaciones bien podría ser uno de esa multitud de libros que ha escrito a lo largo de cincuenta años. Miquel López Crespí (sa Pobla, 1946) es autor de una docena de obras de no ficción, una veintena de recopilaciones de cuentos, otra veintena de novelas, veinticuatro poemarios, tres autobiografías y seis textos teatrales. Su vida, desde los catorce años, ha estado ligada a la literatura, a la que ha consagrado su día a día, a jornada completa. Por eso, resulta sorprendente que decida renunciar no a la literatura, pero sí a la escritura.

«Dejo de escribir», sentencia, a la vez que matiza: «No dejaré de publicar, porque en este medio siglo he escrito tanto que tengo carpetas y más carpetas repletas de textos que, ahora, me dedicaré a ordenar; será mi entretenimiento». De hecho, avanza que seguramente verán la luz otros tres nuevos títulos próximamente, aunque no puede dar más detalles. «Los sellos me siguen pidiendo textos y estoy encantado de dárselos. Me he pasado ocho o nueve horas, cada día, escribiendo, durante décadas. Ahora, sin embargo, me dedicaré unas pocas a poner orden a todo lo que tengo, a corregirlo y arreglarlos, según las necesidades, pero no escribiré nada nuevo», aclara. .

Las razones, apunta, no se deben a un desencanto por las letras ni por el panorama cultural en general, sino, sencillamente, «porque tengo miedo a repetirme». «Con tantos libros a mis espaldas he notado que iba agotando temáticas. Por ejemplo, tengo siete u ocho novelas sobre la Guerra Civil. ¿Qué más puedo decir sobre los prisioneros, los republicanos, la represión o el conflicto? Además, en unos meses seré abuelo y quiero dedicarme a la familia; descansar un poco de la literatura. Hace tiempo ya que no participo en eventos, ni doy conferencias, no me apetece ya formar parte de todo eso. Lo decía muy bien Antoni Serra. Tenía una expresión buenísima que no recuerdo, pero era algo así como que todos estos actos son una especie de carnaval literario», cuenta. .

De memoria prodigiosa, aunque también ayuda el hecho de que tiene absolutamente todo anotado y ordenado, López Crespí recuerda perfectamente cómo se adentró en la literatura. «Siempre he leído mucho, sobre todo gracias a la biblioteca de mi padre y mi tío, republicanos. Con catorce años escribía novelas del oeste, en castellano. Afortunadamente las destruí todas. Así que mi pasión por la literatura empezó pronto. A la misma edad empecé a relacionarme con Radio España Independiente, emisora clandestina fundada por el Partido Comunista de España (PCE). En octubre de 1969 publiqué mi primer artículo en prensa, en Ultima Hora, y se titulaba El compromiso político del escritor. Lo cual demuestra que ya desde temprana edad mi obra tiene un fuerte componente de compromiso político», evoca. La unión con la literatura, sin embargo, empezó sobre todo en su etapa como librero en Logos, regentada por Domingo Perelló. Además, a principios de los setenta, fundó L’Ull de Vidre, junto a Frederic Suau, que después se convertiría en galería de arte. «Allí conocí a muchos periodistas culturales y a grandes escritores, como Llompart, Blai Bonet, Llorenç Capellà, Guillem Frontera o Cristóbal Serra. Esa fue mi universidad: nos reuníamos y debatíamos durante horas. Al final, era como si asistiera a clases cada día», afirma orgulloso. .

En ese contexto, López Crespí ya se ganaba la vida con la literatura. «Me di cuenta de que me compensaba más vivir de los premios literarios que hacerlo como empleado. Eso implicaba, sin embargo, que tenía que centrarme en relatos, porque no podía permitirme el lujo de estar mucho tiempo trabajando en una novela», reconoce. Los galardones fueron llegando y continuaron a buen ritmo: el Premi Llorenç Riber de Narrativa en 1972 por A preu fet, su primera obra; el Ciutat de València Constantí Llombart de Narrativa en 1988 por Necrològiques; el Ciutat de Manacor en 1973 por La guerra just acaba de començar o, al año siguiente, el Ciutat de Palma de Bartomeu Ferrà de Teatre por Autòpsia de matinada. «Mi caso es atípico, porque la mayoría de escritores se dedican a escribir en sus ratos libres, mientras que yo solamente hacía eso. Acompañaba las niñas al colegio y, quitando eso, escribía durante horas», apunta. .

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