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El bloc personal de José Manuel Almerich
LOS CAÑONES DEL JUCAR
Rio Arriba, o el camino de la Toma del Agua, como lo denominan en Jalance, es un escenario sobrecojedor, salvaje, un profundo cañón cortado a pico, donde el río parece no querer detenerse en su fuerza erosiva hasta que alcance las entrañas de la tierra.
José Manuel Almerich
Cinco grados sobre cero marcaba el termómetro a la altura de Requena. Aunque iba bajando a medida que nos adentrábamos en el altiplano, la lluvia también iba decreciendo en la misma proporción. De nuevo mis amigos me han vuelto a dejar solo, y seguramente tendrán toda la razón, porque superar la cortina de agua que cubría la ciudad de Valencia el viernes por la tarde era poco menos que una proeza. Cargar la bici y el equipaje en el coche, una locura.
Aún así, el bueno de Ramiro nos esperaba con el fuego encendido y un buen vino sobre la mesa. ¿Que más se puede pedir? Sólo por ello ya valía la pena el esfuerzo, y si las cosas se complicaban, cama, comida y cena, no nos iba a faltar. Como la mejor de las posadas en los tiempos en que las diligencias tardaban siete días en llegara Madrid, teníamos todo lo suficiente para soportar el asedio del manto blanco, de las gotas de lluvia que caían como como flechas de ballesta, o de las armas sedientas de venganza de las tempestades. Pero no fue así, y tras la noche junto al calor de la chimenea, unas madalenas calientes, cuyo aroma todavía puedo sentir como recién salidas del horno, fueron la forma más agradable de comenzar el día que, a todas luces, se presentaba amenazante.
Al final lo conseguimos: hacer bicicleta en un día poco oportuno, por uno de los paisajes kársticos más sorprendentes de nuestra geografía: Rio Arriba, o la Toma del Agua, como lo denominan los jalancinos, un profundo cañón cortado a pico de caída en vertical que forma un escenario sobrecogedor, salvaje, roto por las fallas y los encavalgamientos y donde el río parece no querer detenerse en su fuerza erosiva hasta que llegue a las entrañas de la tierra. Porque el Júcar aquí, tras haber discurrido tranquilo en la Mancha, se vuelve rebelde y despótico, inaccesible y provocador, invitando a los más atrevidos a descubrirlo por sus caminos de ribera, cuando las nubes desaparezcan definitivamente del horizonte.
El antiguo camino de los Baños de las Torcas según consta en el mapa, probablemente un error topográfico porque nadie en Jalance lo llama así, fue construído para llevar a cabo una de las obras hidroelectricas de mayor embergadura en su época: el salto de Basta, que recibía por la fuerza de la gravedad el agua procedente del embalse del Molinar, ya en tierras de Albacete. Situados a cotas distintas, el Júcar y el Cabriel, el segundo recibe las aguas del primero para volver a unirse a la altura del castillo de Cofrentes. El camino, como vereis en las fotos, impresiona sólo de pensarlo y sigue, excavado a media altura, colgado en las paredes cortadas por la fuerza del cincel inexorable de la geología, una falla, que como una cicatriz gigantesca permite el paso del río. La erosión y el tiempo han hecho el resto, pero los desprendimientos son frecuentes, impidiendo en muchas ocasiones el curso normal del agua, como recordándonos con insistencia que la montaña sigue viva.
Las imágenes que adjunto son para animaros a descubrir este paraje; porque el tiempo nos respetó a pesar de todos los pronósticos, y pudimos recorrer íntegramente el camino, pegados al manillar y colgados al vacío. A pesar de la escasa luz y la grisácea percepción del ambiente que nos envolvía, mi pequeña compacta estuvo a la altura de las circunstancias. Y si la pierdo, como me ocurre todos los años, que sea en algún lugar como este.
Os paso las fotos. Espero que os gusten
BTT en la Comunitat Valenciana
www.almerich.net
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