El viernes, en Collserola despedimos al comañero y amigo recientemente fallecido, Lynn Robert Berkeley-Scultz, (Bobby Berkeley).El acto permitió reunir a personas que hacía mucho tiempo no habían compartido un encuentro fraternal. A mí, me temblaron las piernas
y todavía estoy intentando explicarme porqué, nunca me había sucedido.
Algo se debía estar moviendo bajo el suelo que pisábamos, es posible
que fueran las cometas expuestas en el vestíbulo que luchaban por escapar hacia el cielo
Los llamados máximos dirigentes de mi partido, en sus diferentes niveles y responsabilidades, brillaron por su ausencia.
Es posible que en sus agendas no quedara sitio, para despedir a alguien
que ha sido un icono de la noche Barcelonesa y colaborador de esta organización desde hace más de
30 años. Son las miserias de la política y de algunos políticos, que explican por si mismas determinadas cosa. Cuando me lo presentaron , al pobre Bobby, era funcionario de la ONU, ejercia de consultor en temas relacionados con el medio ambiente, el Banco Mundial y la ONU premiaron su labor con una medalla que recibio el año pasado en Montreal.
Ademas la noches de Barcelona está en deuda con este simpatico funcionario de las Naciones Unidas, Bobby era el padre de los Bobby’s, del Bobby’s de la Diagonal, del Bobby’s Too en Dr. Rizal, del Bobby’s Free en Pau Claris y de El Tercer Dardo en Diputación, y de varios locales en Calella (Maresme), autenticos Pub ingleses punto de encuentro de esa Barcelona cosmopolita de los 60, 70 y principios de los 80, ello gracias a Bob Berkeley , ardilla sabia y bohemia.
Me confirman una vez mas, que la vieja campaña que unos pocos “queridos compañeros” de mí pueblo Canet lanzaron contra mí, para convencer a todo el mundo que los quiera escuchar, de que se me va la cabeza, o literalmente : que “estoy loco”, todavía se escupe por la boca, hasta de la destacados dirigentes a los que he tratado con la “lealtad y el afecto”, que no han recibido de muchos de sus mas allegados.
Me han enseñado a ser tolerante, he conseguido recuperar el sentido del humor, y he aprendido a no sentir animadversión por nadie. Es cierto que soy un poco hiperactivo, que me meto a hacer propuestas donde no me las piden, tengo un espíritu crítico, y soy de carácter vehemente, pero aunque no soy perfecto y tengo muchos defectos, gozo de un equilibrio mental que muchos quisieran, y no dependo , como otros, de aditivos químicos para mantenerlo.
Os quiero decir, que se me están hinchando las narices, y que si alguien quiere manifestar algo sobre mi persona, que me lo diga a la cara y me lo argumente. No vale decir que el que no se adapta a “lo que toca” y se comporta obedientemente está mal de la cabeza. Ese es el principio de la consolidación de los comportamientos autoritarios y del debilitamiento de la democracia.
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