Queridísimo hijo Antonio: Recién iniciado el curso en el Centro Ocupacional al que asistes y próximas las elecciones del año 2015, me veo en la obligación de escribirte esta carta, y explicarte de qué va el percal.
Los desalmados que nos gobiernan en la Comunidad Valenciana, más conocida como «Barbaritat Valenciana», o sea, la panda de Alberto Fabra, decidieron que en enero de 2014 tú subieras „ otra vez„ al Tren del Copago, pero ahora en el vagón de la Dependencia. Ya te habían hecho subir en el de las medicinas. Ahora te hacen el viaje en tren más agradable: viajas como dependiente.
Te lo voy a explicar de una manera gráfica, dado que tú no puedes, ni nunca podrás entender otro tipo de explicación.
El tema del dinero público „ y ya te digo, hablo de la «Barbaritat Valenciana»„ funciona así: Imagina una enorme balsa, con grifos de entrada y grifos de salida. Esto es el contenedor del dinero público. Por los grifos se llena y se vacía la piscina. Uno de los muchos grifos de entrada es el de tus padres, vía impuestos. Este grifo y su importe lo han decidido los tarugos que te gobiernan. Para poderte atender en tu discapacidad, hay un grifo de salida. Su importe también lo han decidido ellos. Y al parecer, ese importe no les parece suficiente, y en consecuencia legislan para que tú aportes una cantidad mensual. Lo llaman «Copago».
Pero ¿sabes por qué no les es suficiente, hijo mío? Porque hay grifos de salida, incontrolados „o controlados por ellos„ que suponen una sangría en la balsa. Por ejemplo, el dinero a espuertas que se llevaban „entre otras cosas, para putas„ de la empresa Emarsa. Empresa bendecida por el Ayuntamiento de Valencia y por la Barbaritat Valenciana.
Ya sé que la probabilidad de que mi grifo de entrada esté directamente conectado con el de salida, el de sus calentones, es muy pequeña. Pero si pienso por un momento que la cantidad que te han puesto como copago va a esos menesteres, me entran unas ganas locas de decirles lo «hijoputas» que son, y lo mucho que me gustaría retorcerles el pescuezo.
Tu camino hasta llegar aquí ha sido muy difícil. Y estos del Partido Popular te lo están poniendo más difícil todavía.
Es por ello que te digo, con todo mi cariño, que no les quieras. Ni les votes. Son redomadamente malos y ruines. No tienen conciencia ni sentimientos. Y para más INRI, son beatos y de iglesia. Desvergonzados y golfos es lo que son.
No quiero acabar esta cart, sin ofrecerles, no obstante y de manera gratuita, una idea. Instauren un «copago» en otro servicio básico, el de protección y escolta mediante agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Así, al menos, los altos cargos, a los que se les asigna escolta y coche oficial para irse de mariscadas o a la peluquería, se rascarán el bolsillo. Que ya sería hora.
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