El bloc de Josep Mayans i Juncosa

Dibuixant, escenògraf i pintor capelladí (1931-1999)

Francesc Buyé: mestre, amic, company…

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Quan Josep Mayans arriba a Barcelona, a l’edat de 18 anys, aprèn l’ofici d’escenògraf de la mà de Francesc Buyé i Agustí Rio. Treballa, en primer lloc, al taller Bartolí-Asensi i, després, al taller Bea-Mora, estudis en els quals es fan decorats per als teatres Romea, Nou, Calderon, Victòria, Espanyol, el Liceu…

Francesc Buyé i Muntané (1885-?) esdevingué, per tant, un dels referents per a Josep Mayans a l’hora d’entendre el món de l’escenografia. Com va destacar Isidre Bravo (autor de l’imprescindible llibre L’escenografia catalana), va ser uns dels escenògrafs que va perpeturar la tradició realista (com podem veure en aquest quadre, de 1935, que il·lustra l’apunt, que Buyé va regalar a Mayans i que actualment forma part del fons de la família Mayans-Balcells) ben entrat el segle XX, juntament amb autors com Avel·lí Artís, Rafael Mora, Isidor Bea o els germans Salvador (Josep i Joan).

En el llibre Los viejos rincones de mi ciudad (evocación histórica de ambientes i figuras de la Barcelona de antaño), publicat per Ediones Librería Millá el 1946 Lluís Almerich i del qual es van fer 120 exemplars (vint dels quals acolorits a mà), hi podem trobar 20 aquarel·les de Francesc Buyé. Precisament, de Buyé (Francisco en llibre), Almerich en diu:

“… artista silencioso y modesto en demasía, autor de notable pintor escenógrafo y un magnífco acuarelista: es asimismo las hermosas acuarelas que decoran el presente libro, no es sólo un gran admirador de la Barcelona vieja, la cual ha acertado a plasmar con acierto extraordinario. Es un barcelonés que supo descubrir el color, la luz, la línea quebrada de la gran ciudad durante siglos estuchada en sus cinturones de piedra.

Aun siendo interesante su labor de escenógrafo al lado de los Moragas y Alarma (1900-1912), en diversas etapas, cunado no pintó por su propia cuenta (1906-1908-1932), lo que le da una personalidad de relieves acusados, es su amor por la policromía ciudadana, revelada ya en 1909, al dar a conocer su “Album Salón”, una bella acuarela de la calle más ahilada de la Barcelona de aquellos días: la calle de las Doncellas. Premiado luego (1930) en el famoso concurso de la Agrupación de Acuarelistas de Cataluña, conocida por “Barcelona vista pels seus Artistes”, el Archivo Histórico de la Ciudad aprovechó sus cualidades pictóricas y entusiasmos barcelonistas para encargarle diversos dibujos coloridos de calles y edificios de nuestro viejo núcleo urbano. ¡Qué tarea más grata para Buyé y más de acuerdo con sus aficiones!

En 1935 daba a conocer en “La Vanguardia” un dibujo de la pintoresca Puerta de Santa Madrona y exponía una colección de dibujos del mismo tipo, que fué adquirida en su totalidad rápidamente por los coleccionistas de ojo certero. Alentado po reste éxito, siguió trabajando el tema, y en 1942, en las Galerías Urquinaona, prsentaba una exposición de “Calles y rincones de Barcelona antigua”, que obtuvo una brillantísima acogida.

Francisco Buyé no sólo ama la ciudad, sino que saber ver maravillosamente la gracia y el encanto de sus rincones, llenos de telearañas, de herrumbre, pero asimismo palpitantes de tradición y de misterior. Esta visión, sutil y amorosa a un tiempo, aparece en las páginas que siguen, con toda la fuerza evocadora de lo vivido y de lo amado. Si no disfrutara Buyé de justo renombre por su labor de escenógrado, bastarían las presentes estampas de la Barcelona que revive a la caricia del pincel, para destacarlo como artista y barcelonés de purísima solera”.

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