Jaume Renyer

per l'esquerra de la llibertat

27 de setembre de 2007
0 comentaris

Juan Paredes Manot, en la memòria

Avui, a les set de la vesprada es presenta a la Biblioteca Jaume Fuster, de Barcelona, el llibre “Haizea eta Sustraiak” (Vent i arrels), en memòria de “Txiki”, afusellat un dia com avui de l’any 1975. Hi he col·laborat aportant aquest escrit.

La publicación de este libro sobre “Txiki” es una buena ocasión para plasmar algunas reflexiones realtivas a la evolución política vasca y catalana en estos ultimos trenta años. La primera, es que está pendiente de realizar un estudio sistematico de las interelaciones y diferencias entre ambos procesos, en especial por lo que respecta a las diversas organizaciones independentistas de las que se han dotado ambos pueblos. “Txiki” fue detenido , juzgado y ejecutado en Catalunya no por casualidad: la dinamica ascendente de la lucha de las diversas organizaciones armadas vascas había sobrepasado el ambito territorial vasco para alcanzar dimensión estatal. El independentismo catalán no superó ese estadio debido a una configuración interna y una potencialidad mucho menor. Diversas organizaciones independentistas: Front d’Alliberament de Catalunya (FAC), el Front Nacional de Catalunya (FNC) y el Partit Socialista d’Alliberament Nacional dels Països Catalans – Provisional (PSAN-P), mantuvieron en los ultimos años del Franquismo relaciones de solidaridad política y humana con los militantes abertzales perseguidos por la dictadura. La influencia, en todos los terrenos, de la lucha del movimiento vasco de liberación nacional sobre el independentismo catalán contemporaneo fue muy fuerte entre los años setenta y ochenta del siglo pasado. Hoy es más difusa y diversificada. También, en algunos momentos puntuales, algunas iniciativas de caràcter autodeterminista surgidas desde Catalunya han precedido, o influido, en la dinamica política vasca. 

La segunda reflexión está vinculada con la figura de “Txiki” como referente para la juventud trabajadora, que procedente de diversos territorios del Estado español, se incorporaba a la vida política y social de Euskal Herria. Su grado de compromiso, así como su tragico fin, lo han convertido en un simbolo, pero hay que valorar también su caracter de exponente de una actitud colectiva, desconozco en que grado, que ha seguido parte de estos nuevos  vascos voluntariamente incorporados a la causa de la independencia. Reconocer y valorar este fenomeno sociopolitico, del cual “Txiki ” es ejemplo destacado, me parece también una dimensión absolutamente necesaria y digna de estudio. Y más cuando en Catalunya también se ha producido, aunque en menor medida, esta incorporación directa y radical de jovenes procedentes de la inmigración a la lucha por la independencia, pero sin un elemento referencial comprable al caso de Juan Paredes Manot. 
     
En tercer lugar, a nivel personal, la muerte de “Txiki” la recuerdo especialmente porque ese 27 de septiembre asistia por primera vez a una reunión de la sección universitaria del PSAN en Gandesa, hacía pocos meses que me había incorporado al partido que fue mi escuela de formación política, y también humana. La ejecución de Puig Antich, un año antes, ya me había impactado mucho pero aquella noche de su fusilamiento aún la tengo presente por el ambiente de indignación y preocupación que sentíamos los reunidos. Con el paso de los años he ido conciendo muchos militantes abertzales, su mentalidad y sentido de la colectividad, diferente a la del independentista catalán en muchos aspectos y de las experiencias recogidas, y comparadas,  he ido aprendiendo a hacer analisis menos abstractos y más atentos al factor humano a la hora de enfocar los conflictos nacionales. La memòria colectiva está hecha de la suma de la memòria de muchas personas y comprender las convicciones y los motivos que las mueven al compromiso con la causa del pueblo al que pertenecen me parece hoy absolutamente prioritario. Con este libro no solo tenemos la ocasión de aproximarnos a la figura de “Txiki” sinó también a la personalidad de los que lo conocieron, vascos y catalanes, su mentalidad y la psicologia colectiva de una epoca.

Finalmente y en cuarto lugar, quisiera hacer una propuesta cara al futuro orientada a superar la falta de espacios de interrelación estable a nivel cultural, cívico y político donde poder intercambiar experiencias entre independentistas vascos y catalanes a nivel personal y colectivo. El Estado español se ha hecho más fuerte, se ha modernizado en muchos aspectos, ya no es una dictadura como la que condenó a “Txiki” pero sigue sin reconocer el derecho colectivo a decidir el futuro político de ambos pueblos. Las iniciativas de reforma institucional que se apuntan tanto en Euskal Heria como en los Països Catalans tienen que tener en cuenta el marco comunitario europeo en el que se planetan y aprender de otros pueblos como el irlandés o el escocés. El recuerdo de Juan Paredes Manot creo que puede servir para tender lazos cara el futuro de libertad nacional que deseamos para nuestros pueblos.

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *

Aquest lloc està protegit per reCAPTCHA i s’apliquen la política de privadesa i les condicions del servei de Google.

Us ha agradat aquest article? Compartiu-lo!