Jaume Renyer

per l'esquerra de la llibertat

31 de març de 2017
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Burak Bekdil: “La guerra de Erdogan contra Occidente”

Burak Bekdil és un periodista turc crític amb el règim d’Erdogan que ha publicat el proppassat 22 d’aqueix mes al Gatestone Institute aqueix article titulat originalment “Erdogan’s War on the West”, que en versió castellana és “La guerra de Erdogan contra Occidente” que expressa encertadament la involució experimentada per un estat que es pretenia referent de la laïcitat dins el món islàmic:

En 2005, el entonces el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, junto con su homólogo español, José Luis Rodríguez Zapatero, se convirtieron en copresidentes de la iniciativa global auspiciada por Naciones Unidas que llevaba el sofisticado nombre de Alianza de Civilizaciones. Doce años después, Zapatero es un político retirado, el mundo occidental se enfrenta a una pluralidad de amenazas islamistas y yihadistas y Erdogan está en guerra contra la civilización occidental.

Erdogan, que ha sido calificado como el líder más virulentamente antiisraelí de todo el mundo, comparó una vez las operaciones de Israel en Gaza con las de Hitler (“Esos que condenan a Hitler por el día y por la noche superan sus barbaridades”). Hace poco, Erdogan dijo que las prácticas alemanas en curso –presumiblemente, la de prohibir que políticos turcos den mítines en Alemania en defensa de Erdogan con motivo del referéndum que se va a celebrar en Turquía– no son diferentes de “las prácticas nazis del pasado”. En otro discurso se quejó de que el nazismo “sigue vivo en Occidente”. Para Erdogan, los holandeses son “débiles e innobles” y “vestigios del pasado nazi y los fascistas”; y Holanda, país que perdió más de 200.000 ciudadanos durante la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial, una “república bananera”.

A la Unión Europea, a la que en teoría aspira a unirse Turquía, le ha dicho: “Si hay algún nazi, sois vosotros”.

Irónicamente, la ira turca contra Occidente, en un conflicto reciente entre varias capitales europeas y Ankara (por la pretensión de Erdogan de celebrar mítines políticos en toda Europa para dirigirse a millones de turcos expatriados), revela un inconfundible y profundamente arraigado antisemitismo entre los seguidores de Erdogan. En la ciudad portuaria holandesa de Róterdam cientos de manifestantes turcos lanzaron piedras a la policía y gritaron “Alá Akbar” (“Alá es el más grande”, en árabe). Después, algunos de ellos, en una manifestación que estaba exclusivamente relacionada con una disputa entre Turquía y los Países Bajos, clamaron que “los judíos son un cáncer”.

“Volvemos a ver que las palabras judío y homo son insultos para estos grupos”, declaró Esther Voet, directora del Nieuw Israelietisch Weekblad.

Alguien tuiteó un bochornoso insulto contra François Hollande, el presidente francés, confundiendo su apellido con su nacionalidad.

Un gánster que disparó en un club nocturno se defendió diciendo que en realidad quería disparar contra el edificio del consulado holandés.

Por ver el lado más benigno de la ira turca: en otra protesta en Holanda, los seguidores de Erdogan sajaron, machacaron y exprimieron naranjas (el naranja es el color de la Familia Real holandesa). La Asociación Turca de Productores de Carne Roja mandó 40 vacas holandesas Holstein de vuelta a Holanda. Similarmente, un miembro de un consejo de distrito de Estambul dijo que iba a sacrificar una vaca procedente de los Países Bajos en venganza contra los holandeses.

Uno podría simplemente reírse e ignorar la forma en que los turcos expresan su enfado con los holandeses, que deportaron a un autoinvitado ministro turco que tenía la intención de dar un discurso a la comunidad turca de los Países Bajos.

La retórica oficial en Ankara, sin embargo, pone de manifiesto la irreversible incompatibilidad entre las culturas democráticas de Europa y Turquía. Para Erdogan, “el espíritu del fascismo campa a sus anchas” en Europa. Según su ministro de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, Europa “se dirige hacia el abismo”. Y no se trata de mera retórica.

Sin saber muy bien hacia dónde dirigir su campaña antioccidental, Turquía bloqueó algunos ejercicios militares y otros trabajos con países aliados en la OTAN, obstaculizando así el programa de la Alianza Atlántica de cooperación con países no pertenecientes a la UE. “Esto es puerilmente hostil”, dijo un diplomático de la OTAN en Ankara.

En lugar de abrazarla como aliada y futura socia, Turquía parece pensar que puede dominar Europa mediante el chantaje. Erdogan amenazó con anular un controvertido acuerdo con la UE rubricado en marzo de 2016 para canalizar el flujo de decenas de miles de refugiados de Turquía a Europa a cambio de ayuda financiera y de la exención de visado para los turcos. La UE podía “olvidarse del acuerdo”, declaró Erdogan hace medio año. Secundando sus amenazas, su ministro del Interior, Suleyman Soylu, advirtió a la UE afirmando que entraría en “shock” si Ankara enviara “15.000 refugiados al mes”. Soylu dijo que iba a hacer que a los líderes de la UE “les explotara la cabeza” con una nueva crisis de refugiados.

Parte de esta incendiaria y chantajista retórica antioccidental puede tener el objetivo de atraer a una base electoral cada vez más aislada y nacionalista de cara al crítico referéndum del 16 de abril, por el cual se ampliarían significativamente las competencias presidenciales de Erdogan. Pero también tiene que ver con que Erdogan se ve y se presenta a sí mismo como defensor global de una opaca “causa musulmana” bajo una especie liderazgo turco [léase de Erdogan] de tipo califal contra el “hostil” Occidente. Como los islamistas saben que no pueden derrotar a Occidente utilizando el poder duro, tiran de la yihad blanda.

No fue casualidad que el ministro de Exteriores turco, Cavusoglu, no hablara de “disputa” o “crisis diplomática”, o de “negociar una solución”. Habló de “guerras religiosas”.

“Pronto estallarán guerras religiosas en Europa”, dijo. “Así están las cosas”. Pero ¿cómo creen los islamistas turcos (y otros) que pueden ganar las futuras guerras religiosas? ¿Cómo creen que va a funcionar su principal arma de guerra –el poder blando– a la hora de lograr una victoria islámica definitiva frente a una civilización “infiel”?

Erdogan tiene la respuesta: exhortó a los musulmanes de toda Europa a tener familias numerosas para “combatir las injusticias de Occidente”. No sólo eso. También dijo:

Id a vivir a los mejores vecindarios. Conducid los mejores coches. Vivid en las mejores casas. No tengáis tres hijos, tened cinco. Porque sois el futuro de Europa. Esa será la mejor respuesta a las injusticias que se cometen contra vosotros.

Los islamistas como Erdogan no sueñan con conquistar territorio infiel con aviones de combate, tanques y bombas. En esta “guerra religiosa”, su principal armamento es el cambio demográfico a favor de los musulmanes. Es hora de recordar el poema que recitó Erdogan en un mitin allá en 1999:

Las mezquitas son nuestros cuarteles,
nuestros domos son nuestros cascos,
los minaretes son nuestras bayonetas
y los creyentes nuestros soldados.

Post Scriptum, 7 de juny del 2017.

Moshe Yaalon, antic ministre israelià de Defensa, ha dit que Erdogan islamitza deliberadament Europa per intentar dominar el món, en una entrevista publicada avui a The Times of Israel, confirmant així el contingut de l’article de Burak Bekdil. I avui mateix s’ha fet pública la decisió d’Alemanya de retirar les seves forces aèries de la base turca d’Incirlick.

Post Scriptum, 21 de març del 2018.

Hadrien Desuin, analista francès en matèria de seguretat, publicà el proppassat 13 d’aqueix mes un breu però punyent article a Le Figaro reclamant: “Il faut exclure la Turquie de l’OTAN“:

Tandis que la plupart des regards occidentaux étaient fixés sur la poche tenue par l’opposition islamo-djihadiste dans la Ghouta orientale, l’armée turque continuait son offensive plus au nord, dans le canton kurde d’Afrin. L’aviation et l’artillerie d’Erdogan pilonnent la ville et ses troupes sont désormais tout proches, prêtes à lancer l’assaut final.

Si, d’un point de vue tactique, le combat en zone urbaine pourrait permettre aux Kurdes syriens de rééquilibrer le rapport de force, il est évident que la chute d’Afrin aurait des conséquences humanitaires tragiques. Il semble par ailleurs que l’armée syrienne ait limité son appui aux milices kurdes faute d’obtenir des contreparties territoriales dans la province de Der Ezzor. Les tentatives russo-syriennes sur la rive gauche de l’Euphrate, là d’où sont partis les renforts pour Afrin, ont été stoppées nette par la coalition américaine. Quant à l’aviation de Bachar Al-Assad, elle ne peut pas rivaliser avec la chasse turque sans l’appui des Russes.

Mais c’est au niveau stratégique que la situation est la plus préoccupante. Laisser l’armée turque descendre tout le long de sa frontière avec la Syrie, c’est donner à Ankara un ascendant au centre du Moyen-Orient. Avec ses supplétifs djihadistes qu’elle croit manipuler mais qui finissent toujours par lui échapper, l’armée turque prend le risque d’entretenir à l’infini cette guerre civile syrienne. Pour éviter que ses conquêtes militaires ne dégénèrent en conflagration régionale, tout devrait être fait pour rétablir la souveraineté de la Syrie dans toute sa diversité. Qui peut croire en effet qu’Erdogan, enivré par ses tentations impériales, se retirera de lui-même et sans contreparties, une fois son nettoyage anti-Kurde terminé? Depuis 1974, au nord de Chypre, l’armée turque est toujours là, rendant impossible la réunification de l’île. Le dirigeant islamo-nationaliste turc pratique la politique extérieure comme sa politique intérieure: par des coups de force. Brimés en Anatolie, il faudrait que les Kurdes soient aussi brutalisés en Syrie? L’autonomie Kurde n’est pas une option, c’est une nécessité politique. La complaisance occidentale (mais aussi russe) avec le «grand Turc» doit cesser rapidement avant qu’il ne soit trop tard. L’exclusion de la Turquie de l’OTAN est une mesure qui doit être envisagée de toute urgence à Bruxelles.

Parce que la Turquie serait une alliée indispensable de l’OTAN dans le cadre d’une réactivation absurde de la guerre froide en Russie, nous serions incapables de faire pression sur elle? Jamais avare de provocations verbales, Erdogan a tancé ses alliés atlantistes et critiqué l’inaction de l’OTAN contre l’agression kurde… Inaction coupable en effet. Mais inaction face aux djihadistes d’Erdogan qui menacent d’égorger les Kurdes pendant que nos troupes manœuvrent tranquillement dans les plaines des pays Baltes. Pourtant un simple périmètre d’interdiction de survol («no fly zone») avait été imposé aux Turcs pendant toute la guerre de Syrie, soit par les Russes depuis Lattaquié, soit par les Américains depuis leur base turque d’Incirlik. Les Kurdes, qui ont résisté héroïquement à Daech, à Kobané et ailleurs, jusqu’à conquérir leur capitale de Raqqa, sont aujourd’hui abandonnés. L’OTAN voudrait redonner à Daech le contrôle de Raqqa, qu’elle ne s’y prendrait pas autrement.

Post Scriptum, 20 de juny del 2018.

Burak Bekdil va publicar el proppassat 17 als Perspectives Paper, numero 867, del Begin-Sadat Center, un article titulat “Turkey: Election Time Again” on fa una anàlisi prospectiva sobre els possibles resultats de les eleccions legislatives de Turquia de diumenge vinent.

Post Scriptum, 29 de juny del 2018.

Un cop passades les eleccions, Burak Bekdil ha completat la seva anàlisi amb aqueixa reflexió: “Post-Electyion Turkey: The Birth of an Islamist-Nationalist Alliance”, publicada avui mateix al Paper número 878 del BESA Center.

Post Scriptum, 3 de setembre del 2018.

Avui mateix, Burak Bekdil publica al Perspectives Paper número 939 del Begin Sadat Center aqueixa anàlisi actualitzada sobre “The US-Turkey Diplomatic Crisis”.

Post Scriptum, 24 de març del 2020.

Burak Bekil publica avui un report als Perspectives Papers, número 1.501, del BESA Center, on explica com Erdogan aprofita la crisi del coronavirus per atiar les teories de la conspiració contra els jueus i Occident: “Turkey and Coronavirus: Devouts Muslims Will Defeat the Jewish Plot“.

Post Scriptum, 15 de novembre del 2020.

Després de contribuir decisivament a la victòria azerí sobre Armènia, Erdogan està disposat a augmentar les tensions al mar Egeu, com adverteix avui mateix Burak Bekdil al BESA Center: Turkey versus the West: A Tug of War Beyond the Aegean.

Post Scriptum, 31 de març del 2021.

Jean-François Colosimo alerta a Le Figaro del 24: «La mosquée de Strasbourg est le symbole de l’offensive politico-religieuse d’Erdogan», finançada per l’ajuntament comandat pels Verds.

Post Scriptum, 31 de març del 2022.

Burak Bekdil va publicar el proppassat 20 aqueix article al Gatestone Institute: Iran’s Long Arm in Turkey, Turkey’s Fake “Peace“.

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