Jaume Renyer

per l'esquerra de la llibertat

22 de juny de 2016
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Els “comandants per la seguretat d’Israel” contra Netanyahu

Benjamin Netanyahu és objecte de pressions internes i externes excepcionals (Obama mateix no se’n amaga de voler doblegar-lo abans de la fi del seu mandat) per tal que s’avingui a negociar amb l’ANP la creació de l’Estat de Palestina sense que els estats musulmans, per la seva part, reconeguin el dret d’autodeterminació del poble jueu consumat des del 1948 amb la creació de l’Estat d’Israel.

Malgrat les adversitats l’actual cap de govern d’Israel està demostrant una talla d’estadista extraordinària sense equivalent després de David Ben Gurion, el forjador de la independència. Significativament, un dels fronts oberts contra Netanyahu és el que comanden els antics generals de l’exèrcit agrupats en un col·lectiu anomenat “Comandants per la seguretat d’Israel”, als qual indirectament ha donat suport el mític general Ehud Barak qui ha alertat d’un feixisme naixent al si de la societat israeliana imputable a Netanyahu.

Alguns articulistes esquerrans -acomboiats pel diari Haaretz, fonamentalment- fins i tot suspiren per un cop d’estat militar per derrocar-lo, segons aqueixa crònica del periodista de Jerusalem Post, Seth Frantzman, (que m’arriba en versió castellana gràcies a l’amic Pedro Gómez-Valadés):

El 10 de mayo, el columnista del Haaretz Zvi Barel escribió una columna en dicho diario sobre lo que él catalogó como “el primer golpe militar judío“: “Cuando los valores promovidos por el gobierno de Netanyahu son vistos por el ejército como una amenaza para la existencia de Israel, ¿que deberán hacer sus comandantes?“. Barel también señaló que el primer ministro Benjamin Netanyahu “ya ha oído los murmullos que indican que los responsables de la defensa del país están hartos del circo que ha montado. Sabe que se ven a sí mismos asumiendo la responsabilidad de lo que ocurra con el país si no se detiene a tiempo a Netanyahu y a sus asociados“. El autor se preguntaba además “cuánto tiempo el pueblo se pondría del lado del ejército“.

El autor también pintaba un cuadro del que ya hemos oído hablar: las élites seculares de Turquía y de la oposición en Venezuela que llaman que al ejército a asumir la defensa de los valores del estado ante unos políticos caprichosos y venales. “Cuando el gobierno adopta y sigue cultivando unos valores que la dirección del ejército ve como una amenaza para la existencia del país… [el ejército] tendrá que decidir lo que constituye la principal amenaza a la seguridad y a la existencia del país: ¿los miles de misiles y atacantes palestinos o un gobierno que está convirtiendo al público en un monstruo que amenaza con devorar los valores fundamentales de la democracia israelí?“. El autor parece adoptar la última perspectiva a causa de “una dirección política que está empujando en la actualidad al ejército hacia una posición en la cual tendrá que defenderse a sí mismo y a sus valores“.

Existe una larga historia de comentarios e incluso de apoyo a un golpe militar en Israel. En 1998 el académico israelí Uri Ben-Eliezer escribió un artículo comparando la posibilidad de un golpe de Estado en Israel con la historia de Francia en Argelia. Llamó al fenómeno “pretorianismo“, el concepto de una guardia pretoriana de la élite militar que toma el control del estado para forzar un cambio importante en las políticas que amenazan al estado. En este caso el objetivo obvio sería la necesidad de retirarse de Cisjordania ante el estancamiento político. Muchos dentro del ejército israelí son tradicionalmente seculares, y en gran medida sus altos mandos todavía proceden o están influenciados por sus orígenes laboristas y sionistas en los kibbutzim, por lo que ven al movimiento de los colonos de Cisjordania como una amenaza demográfica existencial que podría forzar a Israel a una solución de un único estado.

En el libro de Ami Gluska sobre el ejército israelí en vísperas de la guerra de 1967, se argumentaba que “los generales, vista la peligrosa situación existente, tenían sed de guerra” y se encontraron al borde de un golpe militar contra el tecnócrata y pasivo Levi Eshkol, antes de que él les diera las riendas. En 2013, Amir Oren escribió acerca de un “golpe de Estado” en el ejército israelí en el que el entonces Jefe del Estado Mayor Gabi Ashkenazi, había tratado de ser más hábil que el entonces ministro de Defensa Ehud Barak. Yoel Marcus llamó a esto un “golpe“. Oren también miró hacia atrás, hacia la década de 1970, cuando Isaac Rabin tuvo que renunciar a causa de una cuenta ilegal en un banco extranjero, algo que se reveló al parecer debido a un informante de la fuerza aérea y que demostraba las problemáticas relaciones entre los políticos y el ejército. El artículo se mostraba preocupado por un supuesto futuro intento de “un control privado del ejército“.

Es obvio por lo tanto que existe ese tropo cultural y que es especialmente intenso en la imaginación de la “izquierda” de Israel. Un libro de 2005 llamado “Código Azul” de Zvika Amit imaginaba un “golpe militar derechista” en el futuro. Pero muchos en Israel piensan que un golpe militar es impensable.

Uri Avnery, el veterano e iconoclasta periodista de extrema izquierda, afirmaba que esto se debe a que el ejército ya “tiene un estado“, y citaba una broma acerca de unos comandantes que se preparan para hacerse cargo del gobierno a las 06:00 horas, para darse cuenta de que ya controlan el país de todos modos. Con un ejército tan hinchado y masivo, señalaba Avnery, “el país está lleno de ex generales y ex coroneles que ocupan posiciones centrales en la política, la administración, las empresas y los servicios, etcétera, todos ellos en la administración de gobierno“. Él comparaba a Israel con el Reich del Kaiser prusiano. “Tal vez no fue un accidente que el fundador del sionismo, Theodor Herzl, fuera un ardiente admirador del Reich del Kaiser“. Esta es una comparación que ya hemos oído antes, pues los generales de la guerra de 1967 fueron llamados los “prusianos“. Avnery también afirmaba que Israel tiene similitudes con Pakistán y tomaba nota de que el 40% de los israelíes no sirven en el ejército, creándose así dos clases, una clase “crisol de razas” militar y los otros.

Al igual que muchos en la izquierda, su narración es la de un ejército que ha desertado de sus raíces al no existir las ataduras adecuadas. “Este no es el mismo ejército al que juré lealtad el día en que fue fundado. En esos momentos, muchos oficiales eran miembros del kibutz, criados en el espíritu del socialismo y de la solidaridad. Después de 57 años de ocupación, el ejército se ha transformado brutalmente, y muchos oficiales son colonos y muchos llevan kipás de punto de los nacionalistas religiosos“.

Muy pocas personas hablan y apoyan de manera abierta un golpe militar. Un blog en el Times of Israel reclamaba que “Israel necesita un golpe militar“. Sin embargo, después de los comentarios del general del IDF Yair Golan alegando que en Israel existe una radicalización en la sociedad similar a la de Alemania en los años 30, y las condenas resultantes, hubo afirmaciones de que el ejército estaba siendo reprimido por los políticos. Dentro de la “izquierda“, que tradicionalmente se ha sentido más cercana y autoidentificada con la élite del ejército, les molestaba que la derecha fuera a silenciar a los disidentes. Poco después Moshe ‘Bogie’ Ya’alon, el ministro de Defensa, fue expulsado de su puesto por Netanyahu y renunció a la Knesset. De pronto se convirtió en un héroe integro, en un representante de la “vieja Israel” a la que se le clavaba otro clavo en su ataúd según el punto de vista de la “izquierda“. Este fue otro “golpe“.

Fue entonces, cuando se hizo evidente que Avigdor Lieberman sería elegido como ministro de Defensa, cuando los comentarios en las redes sociales comenzaron a discutir la posibilidad de un golpe militar como respuesta al ultraje de nombrar a Lieberman. El desprecio por Lieberman no es solamente porque él sea de derechas. Sus políticas no están más a la derecha que la de otros grupos de la derecha israelí. En cuestiones religiosas, en realidad, está más en línea con la izquierda supuestamente secular. Sin embargo, él es percibido como un intruso peligroso por la izquierda porque es un inmigrante de habla rusa de Moldavia. Él es ridiculizado como un “ex portero de discoteca” porque Israel es una sociedad bastante clasista y él no sería del “tipo correcto“. Él es lo que solían llamar “rif raf” en la jerga israelí. Esta es la misma retórica que ayudó a que Menachem Begin ganara finalmente las elecciones de 1981 a la izquierda cuando Dudu Topaz, un conocido cómico. acusó a los votantes del Likud de ser “chachachikim” y no “héroes” militares laboristas.

Un golpe militar podría preservar al Israel de la década de 1950, al igual que los golpes seculares del llamado “estado profundo” en Turquía habrían sido utilizados para mantener la amenaza religiosa de la “derecha islámica” fuera del poder. El blog izquierdista y antisionista Mondoweiss parecía animar tal posibilidad. Un blogger de izquierdas en Facebook respondió “claro que sí” a la sugerencia de un próximo golpe militar. Ronen Bergman en el New York Times afirmaba que “en algunas conversaciones que he tenido recientemente con oficiales de alto rango sobre el nombramiento de Lieberman como ministro de Defensa, la posibilidad de un golpe militar se había planteado“.

¿Pero qué golpe supuestamente se estaba desarrollando en realidad? El Middle East Eye afirmaba que se trataba en realidad de un “golpe” contra el papel de los militares. Netanyahu estaba jugando nuevamente a ser “rey Bibi” y estaba castrando a los militares. Él estaba “en contra de los generales“. La gran historia es el culto a Ya’alon dentro de la izquierda tras su renuncia. Hay una sensación de que este es el “final” del buen Israel. “Es el final de la afirmación de que Israel mantiene un ejército profesional. La integridad de Ya’alon y Golán lo volvía fiable y evidente“.

Esto forma parte del amor de color rosa a los militares en el extranjero y en Israel como la institución israelí más confiable. No importa ahora que Ya’alon se opusiera a la retirada de Gaza, ahora es alguien moral. Los políticos son, por supuesto, inmorales.

Pero la verdadera historia que se trata de vendernos es que al final la política de Israel siempre consistirá en optar entre aquellos que se ven como enraizados en la tradición militar de 1950, en una casta de hombres en su mayoría asquenazis y seculares, que dirigieron al ejército y gobernaron durante las primeras décadas de Israel, y los “otros” (los derechistas, los religiosos, los rusos, los colonos, los haredim, los mizrahim, los etíopes). Estos “otros” son sospechosos y no se puede confiar en ellos. Esto conduce al extraño abrazo por parte de cierta izquierda israelí de la solución de un “golpe militar“. Pero al igual que en otros países, los golpes no ayudan a nadie.

La redactora de Jerusalem Post Caroline Glick, per la seva part, ha publicat el proppassat 5 d’aqueix mes, un article que (en versió francesa) explica les causes profundes d’aqueixa remor de sables amb complicitat de l’esquerra israeliana, i d’Occident:

La Gauche israélienne n’a qu’une seule flèche à son arc. Comme elle perçoit les choses, tous les problèmes d’Israël – avec les Palestiniens, avec le Monde Arabe, avec l’Europe et avec la Gauche américains – peuvent être résolus en renonçant à la Judée-Samarie et à la moitié de Jérusalem (en plus de Gaza à laquelle nous avons déjà renoncé).

Dès qu’Israël l’aura fait, insiste lourdement la gauche, alors les Palestiniens, le monde Arabe, l’Europe et les électeurs de Bernie Sanders nous adorerons comme ils ne nous ont jamais aimé auparavant!

Les événements du dernier quart de siècle passé nous ont démontré que la posture de la gauche est totalement erronée. Chaque fois qu’Israël a offert des terres aux Palestiniens, les choses se sont avérées plus incertaines et dangereuses. Les Arabes sont devenus plus hostiles.

L’Occident est devenu plus hostile. Les Palestiniens ont démultiplié leurs exigences.

A cause de leur expérience négative des politiques proposées parla gauche, la plupart des Israéliens l’ont rejetée. C’est la seule raison pour laquelle la droite continue de gagner les élections.

Du fait de l’échec de son plan, on aurait pu s’attendre à ce que la Gauche l’abandonne et mette au point une orientation différente. Mais elle ne l’a pas fait. Au lieu de quoi, elle a essayé de cacher son allégeance continuelle à sa stratégie d’échec envers le retrait, tout en prétendant qu’il s’agissait de quelque chose d’autre.

Une composante centrale de la stratégie de dissimulation de la Gauche repose sur son utilisation d’anciens généraux pour la promouvoir.

Au cours du dernier quart de siècle et en particulier depuis que les Palestiniens ont commencé à manifester en 2000 qu’ils ne sont pas intéressés par un Etat vivant côte à côte avec Israël, la gauche a encarté des généraux à la retraite à intervalles réguliers afin de proclamer que l’allégeance continuelle à la politique de la Gauche en état d’échec n’a rien d’irrationnel.

Chaque fois, au bout de quelques années, on voit paraître une nouvelle initiative d’anciens généraux -souvent financée par l’Union Européenne-.

Chacun d’entre eux, en retour, fait usage des clichés populaires du moment, afin de relooker leur appel au retrait de Judée et de Samarie et à la partition de Jérusalem.

Les médias, eux-mêmes dominés par la gauche, soutiennent ces initiatives. Les héros de guerre à la retraite sont exhibés en une belle parade devant les caméras et présentés au public comme des adultes responsables [et même plus responsables que les autres] qui sont entrés, à contrecœur dans la mêlée politique, en dépit de l’aversion qu’ils en ont, uniquement motivés par leur patriotisme. Tout comme ils ont répondu à l’appel du devoir et mené les forces dans les guerres des générations précédentes, ainsi, aujourd’hui, nous dit-on, ils entendent à nouveau le même appel, et se lancent dans un ultime effort de dernière minute pour tenter encore de sauver le pays.

Et juste au moment où Avigdor Lieberman endosse le costume de Ministre de la Défense, par enchantement, un nouveau groupe de vieux généraux diffuse une ancienne-nouvelle version de leur vieux plan discrédité.

Un groupe qui s’auto-proclame : « Les Commandants pour la Sécurité d’Israël » se mobilise sur un répertoire impressionnant de 214 généraux qui signent une nouvelle pétition de principe, appelée : « La Sécurité d’abord : Changer les règles du Jeu- Plan visant à améliorer la position diplomatique et sécuritaire d’Israël ».

Le groupe dispose d’un site internet dernier cri sur un support commercial haut de gamme qui a inondé les réseaux sociaux ces tous derniers jours. La publicité montre une personne déchirant un vieil auto-collant de « La Paix Maintenant » et en train de le rempalcer par un appel pour : « La Sécurité d’abord, la Paix plus tard« .

Leur plan, selon cette pub, améliorera la sécurité d’Israël, renforcera sa position internationale, réparera/comblera les clivages au sein même de la société israélienne et posera les bases et conditions pour les futures négociations avec les Palestiniens.

Malheureusement, tout comme tout plan de la gauche jusqu’à présent, si ces généraux avancent sur leur voie et que le gouvernement tient compte de leur avis, les résultats seront précisément à l’opposé de ce qu’ils promettent. Comme cela a été le cas avec tout autre plan de retrait bien ficelé, celui-ci aussi portera préjudice à la sécurité d’Israël. Notre position internationale sera en miette. Les électeurs de Bernie Sanders aux côtés des Européens démultiplieront leur dévotion à dénigrer Israël. Et les Etats arabes sunnites qui, actuellement, affluent vers nous, nous lâcheront une fois encore.

Le nouveau paquet de propositions des Généraux implique d’ouvrir leur plan par un appel de faucons afin de conserver un contrôle sécuritaire israélien sur la Judée et la Samarie, jusqu’à ce que les Palestiniens décident de faire la paix avec nous.

Après avoir bien démontré qu’ils sont sobres d’esprit, les Généraux se tournent alors vers les fantasmes inchangés de la gauche.

Ils appellent le gouvernement à abandonner formellement les droits de souveraineté d’Israël sur la grande majorité de la Judée-Samarie et de l’Est de Jérusalem.

Ils appellent le gouvernement à arrêter, de façon permanente et définitive, de respecter les droits de propriété des Juifs dans les zones de Judée-Samarie hors du périmètre de sécurité.

Les plus de cent mille Juifs qui vivent dans ces zones, insistent-ils, doivent se voir privés de tous leurs droits à la propriété, sauf le droit de vendre tout ce qui leur appartient à présent.

On ne doit plus leur permettre de construire quoi que ce soir – pas de nouvelles maisons, pas de nouvdelles communautés, aucune nouvelle infrastructure.

Comme pour les communautés à l’intérieur de ce périmètre, nos Généraux insistent sur le fait qu’elles pourraient avoir l’autorisation de continuer à respecter les droits juifs de propriété, mais dans certaines limites, cependant. Par exemple, on ne doit plus autoriser ces communautés à s’étendre au-delà de leurs limites actuelles de construction. En d’autres termes, les Juifs peuvent construire en hauteur, mais pas en surface.

Jérusalem, dont ils disent qu’elle n’aurait jamais dû être réunifiée en 1967, devraient effectivement être divisée.

Les généraux appellent le Conseil Municipal à arrêter d’administrer la ville comme une cité mixte faite de Juifs et d’Arabes. Au lieu de cela, disent-ils, la ville devrait mettre sur pied une autorité gouvernante séparée pour les quartiers arabes à l’Est, au Nord et au sud de Jérusalem. Cette autorité distincte devrait être responsable de toutes les activités de planification et de zonage dans les quartiers arabes autant que du système éducatif et de tout autre aspect de la vie quotidienne des Arabes de la ville.

Gaza, qui opère comme un Etat-Hamas depuis 2007, est également « sorti du congélateur ».Les généraux appellent le gouvernement à continuer de fournir à Gaza tout ce que lui réclame le Hamas : l’eau, l’électricité, l’emploi en Israël, un port contrôlé par le Hamas. Ils appellent même Israël à autoriser l’Europe à payer les salaires des terroristes du Hamas.

En outre, les Généraux recommandent chaudement que le gouvernement annonce que Gaza, la Judée-Samarie et Jérusalem divisée forment une seule et même entité, en dépit du fait qu’il n’en est rien sur le terrain!

Les Généraux mettent l’accent sur le fait qu’en prenant ces mesures unilatérales, Israël fera la preuve de sa dévotion à la paix et maintiendra vivace le rêve d’un Etat palestinien. La conséquence, disent-ils, c’est que les Palestiniens seront tout contents et qu’ils cesseront alors d’assassiner des Israéliens. Le monde arabe fera la queue pour signer des traités de paix avec Israël. L’Europe, main dans la main avec les électeurs de Bernie Sanders, enterra la hache de guerre et adoptera Israël comme l’enfant prodigue…

Le seul petit problème avec le tout nouveau plan des Généraux et tous ceux qu’il remplace est qu’ils ignorent absolument tout des faits élémentaires.

Il n’existe aucune constitution palestinienne pour la paix avec Israël. Plus les Israéliens offrent aux Palestiniens et moins ils sont prêts à régler les problèmes.

En annonçant qu’Israël renonce à ses prétentions sur la Judée, la Samarie et Jérusalem, et en traitant les Juifs à l’Est des lignes de cessez-le-feu de 1949 comme des citoyens de seconde classe, les généraux, non seulement, vont approfondir les clivages sociaux au sein de la société israélienne. Ils vont déclarer aux Palestiniens qu’il ont raison d’éprouver le plus grand mépris pour eux. Plus les Palestiniens se comporteront mal et plus on va leur offrir. Plus ils assassineront de Juifs, plus les Juifs se ligueront les uns contre les autres.

Tout comme pour l’amélioration de la position internationale d’Israël, il est difficile de comprendre pourquoi les généraux refusent de tirer les leçons du retrait de Gaza. En dépit du fait qu’Israël a déraciné, éradiqué 24 communautés juives à Gaza et dans le nord de la Samarie et retiré ses forces militaires de cette zone, sans exception, la communauté internationale insiste sur l’idée qu’Israël « occupe » encore Gaza. Comme ces généraux peuvent-ils s’attendre à ce que le monde agisse avec plus d’équité, à loa suite d’un plan de retrait plus limité de Judée-Samarie et Jérusalem? Comme pour Gaza, l’Opération Bordure Protectrice a mis en évidence le fait que l’Egypte, l’Arabie Saoudite, les Emirats Arabes Unis et d’autres Etats arabes soutiennent Israël dans sa guerre contre le Hamas. Ils le font parce qu’ils craignent bien plus l’Etat Islamique et l’Iran qu’ils ne haïssent Israël, à la puissance duquel ils font confiance.

Si Israël annonce son intention de quitter la Judée et la Samarie, dont les Arabes savent pertinemment qu’elles deviendront une nouvelle enclave du Hamas bien plus rapidement que Gaza ne l’a fait, la confiance arabe dans la puissance d’Israël n’en sera que plus entamée. En conséquence, si Israël suit le conseil de ces Généraux, ons relations avec les Sunnites ne feront qu’empirer et non s’améliorer.

C’est une véritable tragédie pour Israël que les Généraux aient permis à la Gauche de les utiliser de cette façon. Leur rôle dans la perpétuation de l’adhésion destructrice d’Israël au modèle dévastateur de la solution à deux Etats ne fait que réduire leur contribution passée et mettre en péril l’avenir d’Israël.

Post Scriptum, 15 de gener del 2017.

El mateix grup d’antic comandants de les FDI ha publicat en àrab a pàgina sencera als principals diaris d’Israel un manifest coincidint amb la conferència de París per la pau al Pròxim Orient demanant una separació immediata entre israelians i palestins amb l’espantall que el creixement demogràfic de la població àrab pot acabar amb Israel en tant que estat jueu i democràtic.

 Post Scriptum, 4 d’octubre del 2018.

El col·lectiu “Comandants per la seguretat d’Israel” han publicat un report titulat “Ramifications of West Bank Annexation: Security and Beyond”, patrocinat per una entitat jueva americana “Israel Policy Forum” que ha organitzat una roda de presentacions als EUA d’uns quants dels antics militars israelians per alertar dels perills per l’estat jueu de la no creació d’un estat palestí i l’annexió de Cisjordània.

Post Scriptum, 10 de juliol del 2020.

Avui David Horovitz entrevista a The Times of Israel Shabtai Shavit, expert en l’Iran, que ha dirigit el Mossad entre 1989-1996, oposat a la política de Netanyahu a qui desqualifica com a home d’estat, advertint que no podrà aturar l’accés dels iranians a l’arma atòmica i tampoc podrà culminar l’extensió de la sobirania israeliana a part de Judea i Samària.

Post Scriptum, 9 de gener del 2022.

Shaul Schmuckler publica avui a The Times of Israel aqueixa encertada crítica als bons militars israelians que resulten ser un polítics mediocres: “Ces généraux israéliens à la retraite qui mettent en avant leurs 9000 années de service cumulées”.

Post Scriptum, 23 de juliol del 2023.

Ahir, a The Times of Israel: Des dizaines d’anciens chefs de la sécurité tiennent Netanyahu pour responsable. D’anciens chefs de l’armée, du Mossad et du Shin Bet soutiennent les réservistes et déclarent que la refonte “brise le fondement commun de la société israélienne”.

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