Avui, dia 23 de juny, fa 251 anys que a Aranjuez, Madrid, Carles III, sí el del conyac, signava la “Real Cédula de su Majestad a consulta de los señores del Consejo, reduciendo el arancel de los derechos procesales á reales de vellón en toda la Corona de Aragón, y para que en todo el Reyno se actúe y enseñe en lengua Castellana, con otras cosas que expresa”.
Concretament, referit a l’obligació d’ensenyar en castellà, diu:
VII- Finalmente mando que la enseñanza de primeras Letras, Latinidad y Retórica se haga en lengua Caftellana generalmente donde quiera que no se practique, cuidando de su cumplimiento las Audiencias y Jufticias respectivas, recomendándose también por el mi Consejo a los Diocesanos, Universidades y Superiores Regulares para su exacta observancia y diligencia en extender el idioma general de la Nación para su mayor armonía y enlace recíproco.
VIII.- Por tanto encargo a los muy Reverendos Arzobispos… Alcaldes de mi Casa y Corte y de las mis Audiencias y Chancillerías,.. Gobernadores y demás jueces y Justícias de eftos mis Reynos, guarden, cumplan y ejecuten y hagan guardar y observar en todo y por todo las Declaraciones que van hechas en Efta mi Real Cédula, por ser indispensablemente precisas para uniformar el gobierno y adminiftracion de la Juftcia en todos mis Reynos en los negocios forenses; teniendo relacion las Escuelas menores en la lengua Caftellana, con la facilidad de que los Subalternos se inftruyan en ella, para ejercitarla en los Tribunales.
L’abril del 2001, Joan Carles I, descendent d’aquest rei que ha passat a la historia per ser paradigma deL despotisme il·lustrat, mentí descaradament en ocasió del lliurament del Premi Cervantes a Francisco Umbral en dir que ‘a nadie se le obligó nunca a hablar en castellano’.
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